INTERNACIONAL
Conflicto en las calles

La directora de CARAS contó su odisea en medio de las protestas de Cataluña

Liliana Castaño se encuentra varada en Barcelona: 15 km a pie con su valija, lluvia, represión policial, entre otros escollos. "Me siento como Tom Hanks en La Terminal", describió.

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Catalula vive una jornada de protestas. | Liliana Castaño

Este lunes fueron condenados a prisión algunos de los dirigentes políticos que encabezaron el intento de Cataluña de independizarse de España. A partir de esta decisión, miles de catalanes salieron a marchar por las calles de Barcelona y hubo fuertes enfrentamientos con la policía que, en muchos casos, reprimió violentamente las protestas. Además, los independentistas bloquearon el aeropuerto y las vías de acceso al mismo en señal de protesta. 

Y una de las que se vio afectada por este caos fue la directora de la revista CARAS, Liliana Castaño, que había viajado por trabajo a la ciudad donde brilla Lionel Messi. La periodista contó, en exclusiva para PERFIL, la odisea que está viviendo para volver a su casa: 

"Llegué a Barcelona para cubrir la premier Mundial de Messi 10 del Cirque su Soleil, que saldrá publicado en esta edición de CARAS
Hoy, cuando se dieron a conocer las sentencias, cortaron varios accesos y entre ellos el del aeropuerto. Ni autos ni taxis sabían si podían llegar al aeropuerto. El conserje de hotel, con gran habilidad, consiguió un taxi y le rogó para que me llevara al Metro, único medio posible que ofrecía la esperanza de llegar.

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El video filmado por la propia Liliana Castaño

Compartí el viaje en taxi con una pareja de mexicanos que estaba en las mismas condiciones que yo, desesperados por llegar al aeropuerto. Cuando sacamos los tickets del Metro le pregunté a un muchacho de unos veinte años si la línea me llevaba a la Terminal 1. Me dijo que si, pero que ellos irían a cortar el acceso. Y así fue. El Metro solo llego a la terminal 2. Nos dijeron que solo quedaba caminar. 

Peregriné con cientos de personas bajo una llovizna persistente, con una valija de 25 kilos. Lo que nunca supuse que entre la Terminal 2 y la 1 había 15 kilómetros de distancia. En el medio había que cruzar la ruta y había una cuneta profunda de barro. Unas chicas me ayudaron a subir la valija y terminaron embarradas hasta el cuello. Finalmente, cuando llegamos, los manifestantes impidieron el ingreso. 

 

Quedé en el medio de una corrida. La policía repartiendo palos, los manifestantes corrían y tiraban lo que encontraban a mano. Sentí el aire de un palazo del policía y le mostré mi valija. Me refugié atrás de una columna. Sentí disparos. Intenté por varios ingresos pero no hubo manera de entrar. Cuando lo logré, dentro del aeropuerto había una batalla campal. La mayoría eran jóvenes que fueron ganando posiciones hasta sentarse en el estacionamiento a cantar sus consignas y pedir la libertad de sus presos políticos.

Recién habrá vuelos mañana, y nadie se moverá del aeropuerto. Ni siquiera los empleados. Me siento como Tom Hanks en la película La Terminal. Siento que será una eternidad. 

No te ofrecen un hotel ni nada, porque está totalmente colapsado todo. Nadie se hace cargo de nada. Me consiguieron un ticket para mañana a las 11 a Madrid y a la noche uno a Buenos Aires".

JPA/MC