Desde principios del último trimestre de 2017, Donald Trump se erige como el líder mundial con más seguidores en la red social Twitter. La cuenta del mandatario estadounidense, con 43,2 millones de seguidores supera incluso a las cinco cuentas en distintos idiomas del Papa Francisco (con alrededor de 35 millones).
Desde que asumió la presidencia en enero de este año, los seguidores de Trump en Twitter aumentaron con un promedio del 5.7% mensual, habiendo previamente más que triplicado su total de seguidores durante la campaña que lo llevó a la Casa Blanca. Así lo afirma el último estudio de Twiplomacy, una entidad que se dedica a medir la repercusión de los líderes y organizaciones mundiales en las redes sociales. Hasta se menciona al propio Mauricio Macri, como ejemplo de haber tenido “impacto significativo en cuanto a interacciones en Twitter en el último año”.
¿Azar o estrategia?
“No existe una estrategia en lo que Trump dice a través de Twitter”, dijo Frank Sesno a PERFIL. “No le importa contradecir a un secretario de gabinete o a un aliado político; es algo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en la Casa Blanca, donde el presidente es el vocero más importante y sus palabras deberían ser cuidadosamente atendidas”. Sesno es corresponsal especial de la CNN y director de la Facultad de Medios de Comunicación y Asuntos Públicos de la Universidad George Washington, en Washington DC.
Contrario a lo que afirmó Trump en una entrevista al Financial Times en abril de este año (que él no hubiese sido presidente de no haber sido pos sus twits) Sesno señaló que “si bien las redes sociales sí lo ayudaron a ser electo” ahora no le están funcionando en cuanto a acciones de gobierno. “Tiene bajas históricas en imagen positiva, no sumó votantes a su núcleo duro y sus logros legislativos son nulos”, comentó.
En lo que se refiere a la existencia o no de una estrategia, el académico estadounidense resaltó que la única posibilidad de que sí exista es por parte del equipo de comunicación de Trump y de sus más importantes asesores. “Pienso que están dando lo mejor de sí mismos para conectar de alguna manera su impredecibilidad y volatilidad con algo más metódico para hacer las cosas como ellos quieren que se comuniquen”. Y añadió: “Están tratando pero es algo demasiado difícil cuando el presidente puede cambiar de dirección a cada segundo; no creo que puedan ponerle un marco estratégico a la comunicación oficial y menos si Trump sigue comportándose tan impetuosa e intempestivamente como lo viene haciendo”.
Por su parte, Gustavo Fedi, consultor nacional en asuntos públicos y comunicación política y miembro de la Asociación Argentina de Consultores Políticos (ASACOP), indicó que la única estrategia posible para una persona como Trump es la que se está llevando adelante, aunque no lo parezca. “El perfil de Donald Trump en redes sociales no dista del perfil de Donald Trump fuera de las redes sociales, su estrategia de conmover al electorado y hacerlo de forma agresiva es algo coherente con el perfil que viene teniendo y con sus objetivos de campaña”, apuntó Fedi.
“Son súper conocidos sus distintos cameos en películas en donde aparece como alguien bravucón de alto perfil, como el ricachón que todo lo puede y no tiene que pedir permiso para nada; ese perfil era también el de la campaña y es el que se mantiene”, explicó el consultor en comunicación política. Según su opinión, el hecho de que ésta sea la estrategia (que, aclaró, puede ser o no ser productiva dependiendo de los objetivos planteados) probablemente responda a que sería inverosímil y perjudicial mostrarse como alguien que no es. “Me da la sensación de que si él publicara algo en Twitter y después no lo sostuviese afuera, causaría ruido”, añadió.
Para Fedi, el equipo detrás de Trump analiza las métricas “para medir cómo impacta lo que dice, cuándo, y a quién se lo dice”. Y continuó: “Hay una mirada sobre estos gestos que le permiten saber cómo está la opinión pública y a la vez, con estos gestos, tratar de retener los niveles de popularidad que se le están yendo mes a mes desde que asumió”.
Hasta el director de la campaña 2012 del ex presidente Barack Obama, Jim Messina, reconoció el año pasado a Univisión que “todos deberían seguir a Trump en las redes sociales, porque usa Twitter mejor que cualquier persona que haya visto”.
Un showman de la política
El éxito de Trump en Twitter no es solamente personal, también le sumó millones de usuarios a la red social. ¿Pero por qué si su imagen positiva es tan baja (38% según la última encuesta de Gallup), sus seguidores aumentan por millones? “Trump es un reality show”, respondió Sesno. “Porque es un personaje, en el sentido más verdadero de la palabra, que también tiene los códigos nucleares y otras cosas que pueden cambiar la vida de todos, es el presidente que no se puede dejar de ver”.
“Con sus twits y su comportamiento se las arregla para mantener los ratings altos, es por eso que los números de Twitter continúan creciendo, es por eso que el New York Times ahora tiene millones de suscriptores online, y es por eso que los ratings de la CNN no han estado tan arriba en la historia como lo están ahora... es extraordinario”, agregó.