En un nuevo capítulo del enfrentamiento con Beijing, el presidente Donald Trump anunció el viernes la prohibición en Estados Unidos la red social TikTok, por las sospechas de que es utilizada por los servicios de inteligencia de China. La Casa Blanca comunicó la decisión cuarenta días después del fiasco en Tulsa, donde el mandatario reanudó su campaña y cientos de usarios de la aplicación reservaron entradas y, luego, no las utilizaron, dejando el recinto semivacío.
La prohibición ordenada por Trump comenzó a ser efectiva a partir de ayer. “En lo que respecta a TikTok, lo vamos a prohibir en Estados Unidos”, dijo a la prensa en el avión presidencial Air Force One. La aplicación de videos, muy popular entre los jóvenes, es propiedad de la compañía ByteDance, con sede en China, y tiene alrededor de mil millones de usuarios en todo el mundo.
La plataforma es objeto de una investigación de CFIUS, la agencia estadounidense encargada de vigilar que las inversiones extranjeras no supongan riesgo para la seguridad nacional. Funcionarios y legisladores estadounidenses expresaron en las últimas semanas su preocupación por la posibilidad de que TikTok sea utilizado por China con fines de espionaje, pero la compañía ha negado cualquier vínculo con el gobierno de Xi Jinping.
TikTok ha tenido que defenderse a menudo de sus vínculos con China, donde ByteDance posee una aplicación similar pero con otro nombre. Siempre ha negado que comparta información con las autoridades chinas y aseguró que no tiene la intención de aceptar peticiones en este sentido.
El viernes, algunos medios estadounidenses aseguraron que el presidente iba a obligar al grupo ByteDance a vender TikTok.
Según The Wall Street Journal y Bloomberg, el presidente se disponía a firmar una orden oficial para obligar a la casa matriz china a desprenderse en Estados Unidos la popular aplicación. Incluso, circulaba la versión de un supuesto interés de Microsoft.
La red social no quiso comentar las informaciones sobre la supuesta venta forzada, limitándose a afirmar que “confiamos en el éxito a largo plazo de TikTok”. La empresa se comprometió a un alto nivel de transparencia y permitir el control de sus algoritmos para tranquilizar a usuarios y reguladores. “No somos políticos, no tenemos una agenda política; nuestro único objetivo es seguir siendo una plataforma dinámica para que todos la disfruten”, dijo el directo ejecutivo Kevin Mayer.