“Eso fue una trampa de la izquierda” declaró hoy el ex presidente Jair Bolsonaro. Se refería a los hechos del 8 de enero de 2023, cuando hordas de extrema derecha irrumpieron en Brasilia para invadir los tres edificios centrales del poder: el Palacio del Planalto, la Corte Suprema de Justicia y el Parlamento. Aquel vandalismo corrió por cuenta de los “bolsonaristas”, con el objetivo de crear un caos que llevara luego a la destitución de Lula da Silva, consagrado presidente de Brasil el 1º de enero del año pasado.
Ese empeño por distorsionar la realidad, hasta convertirla en una fantasía conspirativa en su contra, hizo que el ex “mito” (como lo llamaban sus seguidores), se expresara en estos términos: “Ese nunca es el comportamiento de las personas de derecha; del conservador”. En consecuencia, fueron los “izquierdistas los que convocaron a un acto que nosotros repudiamos desde el primer momento”.
La historia es otra, tal como lo revelan los múltiples videos portados por los propios protagonistas y que hoy están en manos de la Justicia. Uno de ellos, por ejemplo, muestra a un hombre cuando dice, la mañana de ese fatídico domingo: “El pueblo va recibir a las Fuerzas Armadas de brazos abiertos”; desde luego, ahora se encuentra detenido por las
atrocidades cometidas. De una forma muy parecida, se observa a una mujer afirmar desde el tope del Congreso: “Ganamos la primera batalla; el pueblo subió y quebró todo”.
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Es apenas un par de ejemplos de lo que estaba detrás de la movilización de miles de bolsonaristas, que querían el retorno de su líder Bolsonaro. El titular del Supremo Tribunal Federal, el juez Luis Alberto Barroso, reveló una profunda ironía al juzgar críticamente esos dichos: “Este país es libre y si el ex mandatario quiere opinar cualquier cosa, puede hacerlo”, aun cuando falte a la verdad. Al pronunciar su discurso frente a sus colegas del Supremo Tribunal, el magistrado sostuvo que “nuestro objetivo debe ser que los hechos vividos sean parte de nuestra historia institucional y de la sociedad brasileña. Nunca debe ser olvidado para impedir que se repita”.
Las encuestas señalan lo que se vio apenas un día después de los sucesos. Una de las investigaciones de la consultora Quaest, realizada los últimos días de diciembre pasado, demostró el rechazo de los brasileños a la violencia destructora evidenciada un año atrás por el bolsonarismo. 89% de los ciudadanos repudian las invasiones a los edificios públicos en Brasilia. Y apenas 6% aprobó los desmanes.
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Para reforzar la democracia, y evitar la reiteración de los disturbios de hace un año, el presidente Lula organizó un acto donde estará su gobierno en pleno; los tres jefes de la Fuerzas Armadas; los senadores y los diputados, además de los 13 miembros del Supremo Tribunal Federal. A esa cita irá también el titular del Superior Tribunal Militar, Francisco Parente Camelo.