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El chavismo defiende que se pueda reprimir con armas

El ministro de Defensa dijo que la medida “respeta los derechos humanos” e “incluso” la vida de los manifestantes.

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afp
Caracas

El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, defendió ayer el documento “hermosísimo” por el cual autorizó a los militares que participen en el control de manifestaciones callejeras a utilizar armas de fuego, y atribuyó las críticas a la medida a “una ofensiva” lanzada contra el pueblo venezolano.
La resolución, publicada por la Gaceta Oficial, enumera normas sobre la actuación de la Fuerza Armada al momento de ejercer “funciones de control del orden público” en manifestaciones. Autoriza a los militares al “uso de la fuerza” gradual “partiendo de la presencia ostensiva, hasta el uso del arma de fuego”.
Más adelante, entre una serie de lineamientos sobre el respeto a los derechos humanos, se establece el “uso progresivo de la fuerza” y en el caso de que se desencadene una situación de “violencia mortal”, el funcionario militar podrá responder “con el arma de fuego o con otra arma potencialmente mortal”.

Esta normativa, blanco de numerosas críticas, se publicó a unos días de que se cumpla un año del inicio de la ola de protestas opositoras, que de febrero a mayo de 2014 sacudieron Venezuela y provocaron al menos 43 muertos, en su mayoría civiles.
Fuera de contexto. Ese fue precisamente el argumento (“esos hechos de violencia de principios del año pasado”) esgrimido por el general Padrino López para defender la iniciativa.
Para el ministro, quienes critican la decisión “se han dedicado a extraer y descontextualizar ese documento hermosísimo de profundo respeto a los derechos humanos, a la vida y a los manifestantes, incluso”.

En línea con lo que suele afirmar el presidente Nicolás Maduro, que atribuye el desabastecimiento, la inflación y otros males
de la economía del país que sufren la mayoría de los venezolanos a una “guerra económica” desatada por oscuros poderes, el general Padrino López sostuvo que las críticas a su disposición son parte de “una ofensiva que ha tratado de poner en zozobra al pueblo
venezolano”.
Las manifestaciones de 2014, que se desarrollaron en su mayoría en Caracas y en la ciudad fronteriza de San Cristóbal, solían derivar en refriegas callejeras con encapuchados lanzando bombas incendiarias y fuerzas del orden respondiendo con gases, chorros de agua y, en algunos casos, balas de goma.

 

Versiones sobre militares

Luego de la “deserción” de Leamsy Salazar, ex jefe de seguridad de Hugo Chávez y de Diosdado Cabello, el poderoso titular de la Asamblea Nacional, que abandonó Venezuela, al parecer con el apoyo de la DEA y se refugió en Estados Unidos, ayer circuló la versión de que ocho militares del “anillo de seguridad” del presidente Maduro habían hecho lo mismo. Leamsy Salazar acusó ante la DEA a Cabello de ser el jefe del Cartel de los Soles, una de las organizaciones criminales narcotraficantes que, según la fuerza antinarcóticos norteamericana, más creció a la luz del régimen chavista. En la misma denuncia ante la DEA, el ex jefe de custodios de Chávez también involucró al gobernador Tarek El Aissami, a quien la inteligencia de Estados Unidos considera el nexo y uno de los principales financistas del grupo terrorista Hezbollah en Venezuela.