INTERNACIONAL
En España y en Libia

El drama de los migrantes que buscan llegar a Europa cobra nueva visibilidad

Miles de marroquíes trataron de llegar a España a través del enclave de Ceuta, y al menos 50 personas están desaparecidas tras un naufragio en el Mediterráneo, donde ya han muerto 700 personas en lo que va del año.

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Cientos de marroquíes se agolpan frente a las vallas que separan a Marruecos del enclave español de Ceuta. | AFP

La tragedia de los migrantes que buscan llegar a Europa no cesa, pese a que su drama pierda espacio en la agenda mediática por la guerra de Gaza, las violentas protestas en Colombia o alguna declaración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Este martes 18 de mayo, la desaparición de más de 50 de ellos en un naufragio frente a Túnez o la “invasión” de marroquíes a Ceuta, el enclave español en el norte de Africa, volvieron a darle visibilidad.

En Ceuta, más de ocho más migrantes marroquíes entraron a España desde el lunes, lo que provocó un roce diplomático entre ambos países, ya que el gobierno de Madrid convocó a la embajadora marroquí para trasladarle su “disgusto” y su “rechazo a la entrada masiva” de los migrantes.

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“Le he recordado que el control de las fronteras ha sido y debe seguir siendo la corresponsabilidad de España y de Marruecos", dijo la canciller española, Arancha González Laya, al dar detalles del diálogo.

En respuesta, Marruecos llamó a consultas a su embajadora en España, Karima Benyaich, quien volverá en breve a su país.

La situación es tan grave que el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, viajó a Ceuta para "mostrar la determinación" en "restablecer el orden" en la ciudad y las fronteras "con la máxima celeridad". Desde allí, Sánchez viajó a Melilla, el otro enclave español al norte de Marruecos, que en la madrugada del martes recibió también 86 llegadas de migrantes que saltaron su valla fronteriza. 

"Esta llegada súbita de migrantes irregulares supone una grave crisis para España y también para Europa", advirtió Sánchez, cuyo gobierno anunció que unos 4000 migrantes ya fueron devueltos a Marruecos, y que fue recibido en el enclave con insultos y protestas de manifestantes españoles.

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En Ceuta, el flujo de migrantes seguía ayer, aunque a menor ritmo, con grupos de migrantes que llegaban a nado del lado marroquí pese al despliegue de la policía y el ejército español en la zona.

Durante la jornada, las fuerzas españolas lanzaron gases lacrimógenos para disuadir a las personas de cruzar, mientras que la policía marroquí interceptaba algunos grupos que trataban de franquear la valla metálica de la frontera y bloqueaban tierra adentro el paso de los migrantes.

Pedro Sánchez garantizó que sería devuelto "todo aquel que haya entrado irregularmente", según los acuerdos "firmados con Marruecos desde hace años".

La delegación del gobierno en esa ciudad señaló que una persona falleció ahogada mientras trataba de llegar al enclave por mar.

Controladas por España durante siglos y reivindicadas por Rabat, tanto Ceuta como Melilla constituyen las únicas fronteras terrestres entre la Unión Europea y África. Por eso para Bruselas Marruecos es un aliado clave contra la inmigración irregular. La comisaria europea de Asuntos de Interior, Ylva Johansson, pidió al gobierno marroquí que impida la salida de los migrantes.  

Mediterráneo

Si el intento de llegar a Ceuta es riesgoso, especialmente para aquellos que tratan de llegar a sus costas a nado, cruzar el mar Mediterráneo rumbo a Italia es un intento desesperado de los migrantes, que agitan las mafias de traficantes y que muchas veces terminan en tragedia.

En la que podría ser la última, el ministerio de Defensa de Túnez reveló que más de 50 personas permanecen desaparecidos tras el naufragio de una embarcación de migrantes que había zarpado de Libia. Al menos treinta personas lograron sobrevivir.

La ONU contabilizó más de 700 muertes en el Mediterráneo entre el 1 de enero y el 17 de mayo, frente a las 1.400 muertes en total en 2020. Las salidas desde Libia se han multiplicado desde principios de año.

Aquellos que sobreviven a un naufragio en el Mediterráneo son devueltos en muchos casos a Libia, donde Naciones Unidas y organizaciones de Derechos Humanos denuncian que son alojados en condiciones inhumanas y víctimas de los traficantes.

La Unión Europea apoya desde hace varios años a las fuerzas libias que desempeñan el papel de guardacostas, interceptando a los migrantes y encarcelándolos en centros sin un verdadero proceso legal. En total, entre el 9 y el 15 de mayo, 1.074 migrantes fueron devueltos a Libia, según la Organización Mundial de las Migraciones (OIM).