A horas de la masacre en Orlando, la radio oficial del grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó este lunes la matanza en Floriada, cometida por un "soldado del califato", que dejó 50 muertos en un boliche bailable orientado a la comunidad gay.
"Dios permitió al hermano Omar Mateen, uno de los soldados del califato en Estados Unidos, de lanzar una ghazwa (término islámico para designar un ataque) en una discoteca de sodomitas en la ciudad de Orlando", logrando "matar y herir a más de un centenar de ellos", afirmó el boletín de la Radio Al Bayan del EI según consignó AFP.
La matanza se produjo en la discoteca Pulse, que celebraba una "noche latina" con espectáculos de drag-queens. Las autoridades de esta ciudad de Florida identificaron ya a 21 víctimas mortales, que en su gran mayoría llevan apellidos latinos.
Líderes musulmanes de Estados Unidos, el papa Francisco y dirigentes de todo el mundo condenaron el ataque, considerado como el peor acto terrorista en suelo estadounidense desde los del 11 de setiembre de 2001.
El FBI admitió que Mateen, de 29 años, había sido investigado antes debido a sus contactos con un kamikaze estadounidense. El agente especial del FBI, Ronald Hopper, también dijo que, antes de atacar al club gay de Orlando, Mateen llamó al número de emergencia 911 y expresó su lealtad al grupo Estado Islámico (EI).
El líder de un notorio grupo musulmán de Estados Unidos condenó la masacre y calificó de "aberración" a los miembros del grupo Estado Islámico. Nihad Awad, director ejecutivo del Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas, también pidió a los políticos que no "exploten" el ataque a la discoteca gay de Orlando que dejó 50 muertos y docenas de heridos. "Este es un crimen de odio. Lisa y llanamente. Lo condenamos en los términos más enérgicos", dijo Awad en una conferencia de prensa. "Esto viola nuestros principios como estadounidenses y como musulmanes. Dejen que sea claro: no tenemos tolerancia para ninguna clase de extremismo", enfatizó. "No nos representan", dijo Awad sobre los extremistas. "Son una aberración, son unos bandidos (...) Ellos no hablan por nuestra fe. Nunca pertenecieron a nuestra hermosa fe", sentenció.