Si bien buena parte de las víctimas de la masacre de Orlando, en la que murieron al menos 50 personas, son homosexuales, dado que el incidente ocurrió en un conocido boliche gay, los heridos no podían recibir sangre de otros homosexuales. ¿El motivo? Una regresiva normal de Florida, vigente también en otros distritos de Estados Unidos, prohibe donar sangre a hombres que hubiesen mantenido relaciones sexuales con otro hombre en el último año.
La medida fue cuestionada en redes sociales horas después de los crímenes cometidos por Omar Saddiqui Mateen. "Es legal comprar un rifle de asalto. Es ilegal para un hombre gay donar sangre para las víctimas de una masacre. El mundo no tiene sentido", escribió un usuario previo a que se conociera la decisión de levantar la medida.
Un banco de sangre de Orlando, Oneblood, pidió a los vecinos de esta ciudad del sur de Estados Unidos que se acerquen a donar para socorrer a los heridos, y obtuvo una respuesta positiva por parte de los ciudadanos.
Tras la masacre, circuló el rumor de que las autoridades decidieron vetar temporalmente la norma fijada por la Agencia Federal de Drogas y Alimentos (FDA). Pero la información fue desmentida: "Hay falsos reportes de que las normas fueron suspendidas. No son ciertos", escribió One Blood en su cuenta de Twitter.
La norma fue instaurada en 1983, en medio de la crisis de VIH en el país. En diciembre de 2015, la FDA flexibilizó las regulaciones que impedían a los hombres gays donar sangre de por vida, y estableció que sí podrían hacerlo un año después de haber sostenido relaciones con otros hombres.