INTERNACIONAL
conflicto por nagorno karabaj

"El gobierno de Azerbaiyán ataca para ocultar el descontento interno"

La embajadora armenia en la Argentina explica qué hay detrás del nuevo estallido de un enfrentamiento que se remonta a la descomposición de la Unión Soviética en sus años finales.

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Tropas. Armenias en la frontera. Es la primera vez que ambos países se enfrentan lejos del enclave en disputa. | ap

El domingo 12 de julio, luego de un sorpresivo ataque de fuerzas azeríes en la frontera armenia, se reanudaron los conflictos armados esporádicos que ambos países del Cáucaso mantienen desde 1992, cuando estalló una guerra en torno al enclave armenio de Nagorno Karabaj, que Stalin había puesto bajo soberanía de Azerbaiyán y que ese año se independizó con apoyo de Armenia. Desde el cese de los combates, en los que murieron unas 30 mil personas, se han producido varios enfrentamientos, pero siempre en la región de Nagorno, y no en la frontera entre ambos países, como en esta ocasión. 

El episodio ha preocupado a la comunidad internacional. Naciones Unidas pidió que se reanude el diálogo, y el presidente ruso, Vladimir Putin, se ofreció para mediar en el conflicto. 

También la comunidad armenia en la Argentina expresó su preocupación por el regreso de los combates, en los que han muerto al menos 16 personas. 

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Ambas ex repúblicas soviéticas han seguido un derrotero muy diferente desde el fin de la URSS. Mientras Armenia es una democracia, en Azerbaiyán gobierna desde la época comunista la dinastía Aliev, hoy representada por el presidente Ilham Aliev.

PERFIL dialogó con la embajadora armenia en la Argentina, Estera Mkrtumyan para conocer el contexto de este nuevo enfrentamiento

—¿Cuál cree que fue la razón del recrudecimiento del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán?

—Las violaciones azerbaiyanas del alto el fuego y la acción de los francotiradores en la línea de contacto en torno a Nagorno-Karabaj han sido permanentes, pero siempre se han circunscripto a esa zona, ignorando las exhortaciones de los co-presidentes del Grupo de Minsk. Sorprende que los ataques actuales sean en la frontera internacional armenio-azerí, de la cual las poblaciones armenias están muy cerca. La dinastía Aliev se ha empeñado en promover la carrera armamentista y la armenofobia, rechazando sistemáticamente las perspectivas de acuerdo. Como ocurre a menudo en muchos casos de regímenes autoritarios, existe una tendencia generalizada a ocultar las dificultades internas con el exacerbamiento de las rivalidades externas y la amenaza de los proclamados enemigos, cuya existencia es necesaria para la permanencia en el poder. El descontento interno por la falta de democracia en Azerbaiyán ha venido en aumento lo que índice al presidente Ilham Aliev a continuar refugiándose en su política agresiva. El apoyo de Turquía en este juego ha contribuido sensiblemente al recrudecimiento del conflicto.

—¿Cómo recibió el Gobierno armenio la amenaza del Ministerio de Defensa de Azerbaiyán de bombardear la central nuclear de Metsamor?

—La amenaza sorprendió no solo al Gobierno de Armenia sino a toda la comunidad internacional. No hay precedentes. En caso de concretarse desencadenaría una catástrofe humanitaria y ambiental. Los mecanismos democráticos son inexistentes en Azerbaiyán, hecho que determina que las resoluciones se emitan no como resultado del debate y la reflexión de los mecanismos institucionales, sino como fruto de los arrebatos de su dirigencia irracionalmente sometida a los caprichos y las aspiraciones personales, familiares y dinásticos de la familia del presidente Aliev.

—¿Qué piensa del apoyo militar a Azerbaiyán anunciado por Turquía?

—Los azerbaiyanos son turcos, comparten con Turquía el idioma, el alfabeto, la cultura y la religión islámica. Pero sobre Turquía persiste el estigma de haber cometido un genocidio, el peor de los crímenes de lesa humanidad, con el agravante de seguir negándolo a 105 años de cometido. En estas circunstancias, apoyar abiertamente al agresor contra la Nación sobreviviente del genocidio constituye un extremo que solo puede ser protagonizado por un dirigente como Erdogan, que desconoce las mínimas reglas de la convivencia internacional y el respeto por las naciones.

El Primer Ministro de Armenia fue categórico al afirmar que “Karabaj es Armenia”, algo que fue muy mal recibido por el Gobierno de Azerbaiyán.

 —Armenia es una región geográfica mucho más extensa que la actual república de Armenia. Así lo determinan la historia y la geografía, los libros y los documentos, la cultura y la arquitectura.  Nagorno-Karabaj o Artsaj es parte de esa Armenia geográfica e histórica, muy anterior a la llegada de las invasiones mongolas y turcas hacia el siglo XII desde las estepas de Asia Central. No hay duda de que Karabaj es Armenia. La población de Karabaj es armenia, es cristiana, habla armenio, vive en un territorio lleno de iglesias y monasterios armenios, ha sido la tierra donde San Mesrop Mashtóts empezó a enseñar armenio con el alfabeto que creó en el año 405, hace 1615 años, está lleno de cruces armenias medievales talladas en piedra, ¿alguien puede negar que eso es Armenia? La República de Armenia es un décimo de esa misma Armenia, ¿o alguien se atreve a negar que el monte Ararat es Armenia, aunque esté dentro de Turquía? La República de Armenia no reclama territorios de ningún estado. Pero la población de Nagorno-Karabaj, que es armenia, cristiana, nativa, habla y piensa en armenio, no invadió ese territorio desde Armenia, vive allí desde la noche de los tiempos. A eso se refiere el Primer Ministro.

—¿Cree que Rusia o Irán pueden jugar un papel importante en una eventual mediación?

— Rusia ha sido protagonista en todo el proceso de mediación que se viene desarrollando desde hace casi 30 años. Como antigua sede de la dirigencia soviética, cuando Armenia y Azerbaiyán eran repúblicas de la Unión, el protagonismo en la zona del Cáucaso no se pierde de un día a otro. Rusia fue activa participante de la concreción de la tregua en 1994. Encabeza el Pacto de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva, al que adhieren Rusia, Belarús, Armenia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. La base militar de Rusia en Armenia data de hace un siglo. En la frontera armenio-turca estás apostadas las tropas rusas. Las acciones de la diplomacia rusa y personalmente de su canciller son incesantes en el proceso de intermediación entre las partes. Irán sigue el desarrollo del tema desde muy cerca y también ha manifestado su interés de mediar entre las partes.