El mapa ya empieza a dibujarse en el imaginario de los encuestadores. El poroteo en el Colegio Electoral se acerca al número mágico de 270 electores. Los diarios publican encuestas, las fotos de este momento de la campaña. Todos coinciden en un mismo diagnóstico: si las elecciones fuesen hoy probablemente el demócrata Joe Biden sería el nuevo presidente de los Estados Unidos.
El camino de Donald Trump hacia la reelección está cada vez más plagado de obstáculos: a la pandemia, la recesión económica, los 47 millones de desempleados, y las protestas raciales, se sumó ahora una aritmética compleja para obtener los 270 electores en el Colegio Electoral. Los últimos sondeos vaticinan una caída en los “swing states”, entre ellos Florida y Michigan, dos de los distritos “claves” para determinar un favorito el próximo 3 de noviembre.
Según el rating que elabora el Sabato´s Crystal Ball, si Trump gana Michigan, como hizo en 2016 por apenas 10.704 votos, obtendría, probablemente la reelección. En cambio, un triunfo demócrata en Florida le cerraría todos los caminos hacia la Casa Blanca. Michigan y, fundamentalmente, su capital Detroit, la cuna de la industria automotriz estadounidense, forman parte de la “pared azul” demócrata, los distritos del “rust belt” que fueron bastiones de los demócratas hasta la irrupción de Trump y su discurso pro recuperación del empleo industrial. El “Estado del Sol”, en cambio, osciló de elección a elección entre republicanos y demócratas y fue un gran termómetro del resultado electoral: el candidato que triunfó allí, llegó al Salón Oval.
Donald Trump reanuda su campaña preocupado por caída en los sondeos
El análisis realizado por Kyle Kondrik, editor del sitio que depende de la Universidad de Virginia, sostiene que Biden obtendría 268 delegados y quedaría a sólo dos de la victoria. En cambio, Trump se llevaría 204 electores. Habría aún 66 en disputa, en distritos demasiados reñidos para vaticinar una victoria de uno u otro candidato. Si el modelo de predicción fuese correcto, el presidente necesitaría ganar todos los electores en disputa –en Florida, Wisconsin, Carolina del Norte y Arizona- para una victoria ajustadísima en el Colegio Electoral (270 a 268).
Hace cuatro meses, el 25 de febrero, Trump desfilaba hacia la presidencia y Biden naufragaba en las primarias demócratas, acorralado por el senador progresista Bernie Sanders. Hoy, el escenario es diametralmente distinto. El gran interrogante, entonces, es cuál será la coyuntura política y electoral de acá a los próximos cuatro meses, cuando los estadounidenses acudan a las urnas.
¿Podrá Trump dar, como en 2016, la gran sorpresa? ¿Qué deberían hacer los demócratas para conservar y ampliar su ventaja? Según Anabella Busso, investigadora del Conicet y profesora de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), el presidente necesita que haya una recuperación económica rápida que sea percibida por la gente de a pie. En cambio, para los demócratas será clave una masiva participación electoral. “Deben fomentar que los ciudadanos vayan a votar, en tanto los datos muestran que a mayor participación se incrementa la posibilidad de un triunfo demócrata”, afirmó a PERFIL.
“Supervisar y reclamar para que los afrodescendientes y otras minorías puedan votar sin inconvenientes. Como declaró la senadora Elizabeth Warren cuando analizó los votos de las primarias, ‘colas de horas, máquinas rotas, sistemas caídos: así no es como se ve la democracia’”, agregó, al alertar sobre la posibilidad de que millones de estadounidenses no puedan ejercer su derecho al voto.
Donald Trump y sus asesores fueron engañados por usuarios de TikTok
Otro elemento crucial serán las propuestas a las que apelará Biden para movilizar a su electorado, menos entusiasmado que el de Trump. En la Convención Nacional, que se celebrará virtualmente en agosto en Milwaukee, Wisconsin, el candidato dará las primeras señales en ese sentido. “El vicepresidente Biden tiene la intención de aceptar con orgullo la nominación de su partido en Milwaukee y dar el siguiente paso para hacer de Donald Trump un presidente de un solo mandato", dijo hoy la directora de su campaña, Jen O'Malley Dillon.
A partir de ese momento, será clave su discurso al partido y, fundamentalmente, a los votantes de Sanders, que en 2016 le dieron la espalda a Hillary Clinton. “Para lograr el voto de la franja etaria que va de los 40 años hacia abajo, que es más progresista y defiende una agenda pro inclusión, anti segregacionista, y ambientalista, Biden debe incluir en su campaña y en su plataforma parte de las propuestas de Sanders”, aseguró Busso, que también remarcó la necesidad de “propuestas que lleguen a la población de los estados del centro del país y de los sectores rurales”.
Biden sabe que Trump aún tiene chances de imponerse en el Colegio Electoral. Ya lo hizo una vez. Pero el reloj avanza y el calendario amplifica las urgencias del presidente.