INTERNACIONAL

El rey de Tailandia coronó reina a su cuarta esposa mientras la tercera está presa

La nueva consorte, Suthida, vive desde hoy en la familia real más rica del mundo. Rodeada de perros salvajes en una remota provincia tailandesa, su antecesora no tuvo tanta suerte. Galería de fotos

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La reina Suthida en su coronación (izq.); la ex princesa Srirasmi en su arresto domiciliario (der.) | ADP/BILD

En una espectacular ceremonia el rey Vajiralongkorn de Tailandia se autocoronó como el décimo monarca de su dinastía, colocándose a sí mismo una corona dorada de más de siete kilogramos, símbolo del peso de las responsabilidades que tiene un rey. Acto seguido, su cuarta y flamante esposa, una ex asistente de vuelo, ex guardaespaldas real y coronel del ejército tailandés, Suthida, se postró ante el trono del rey para ser ungida reina. 

El protagonismo de la plebeya Suthida en la coronación de su marido supuso un ascenso fulgurante para una mujer que sigue siendo un misterio para los tailandeses, tan misterioso como el destino de la anterior esposa del rey, la exprincesa Srirasmi Sudawee. Este sábado, el diario alemán “Bild” publicó de forma exclusiva imágenes de esa mujer, llorando con su cabeza rapada, vestida como una prisionera.

¿Qué pasó con Srirasmi?

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coronacion rey Vajiralongkorn de Tailandia
La última imagen de la ex princesa Srirasmi publicada por el diario alemán "Bild".

Vajiralongkorn era todavía el príncipe heredero cuando sorprendió a la corte al casarse con ella, antigua dama de honor de la reina Sirikit, su madre, que se opuso desde el primer día a esa relación “desigual”: el heredero de los reyes y encarnación de los dioses budistas no podía casarse con una plebeya, pero lo hizo. Y la caída fue estrepitosa: en 2011, el príncipe se casó con esa joven de familia modesta y la nombró “princesa consorte”. Cuatro años más tarde fue madre de un varón, el príncipe Dipangkorn Rasmichoti, hoy primero en línea sucesoria y a partir de entonces la estrella de Srirasmi comenzó a apagarse. 

En diciembre de 2014 estalló el escándalo que acabó con su matrimonio y con su privilegiado estatus de princesa real. Siete miembros de su familia, entre ellos su tío y algunos de sus hermanos, fueron detenidos y acusados de “difamar a la monarquía con sus acciones” al utilizar con intenciones codiciosas su relación con la familia real para abrir y dirigir casinos ilegales y entregarse al contrabando de petróleo, el rapto y a la extorsión a cambio de grandes sumas de dinero. Obligada por su suegro, el rey Bhumibol, la consorte renunció a todos sus títulos y honores reales a cambio de una indemnización de 5 millones de euros, según la información oficial. 

coronacion rey Vajiralongkorn de Tailandia

El rey Vajiralongkorn se autocoronó el sábado con una corona de 7 kg. en una ceremonia que costó 31 millones de dólares y no se veía desde hace 69 años.

El propio Vajiralongkorn hizo oficial la vergüenza al ordenar a la familia de su esposa que dejara de usar el nombre honorífico “Akrapongpreecha”, otorgado después de que se celebrara el matrimonio, que les confiere estatus de caballeros de la corte. El título significaba “El que prospera con honestidad”, toda una ironía, dadas las circunstancias. El nombre de Srirasmi fue eliminado de la corte, su figura desapareció de los retratos oficiales y los medios dejaron de nombrarla. Bajo la ley de “lesa majestad”, que impone graves penas a quienes mancillen la imagen de la monarquía, sus hermanos y otros familiares fueron encarcelados.

Esposo cruel y vengativo

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El flamante rey en uno de los rituales de su coronación junto a su cuarta esposa, la reina Suthida.

Nacido en 1954, Vajiralongkorn tuvo hasta ahora cuatro esposas. La primera, impuesta por razones de Estado, fue su prima hermana la princesa Soamsawali, una mujer popular y querida por los tailandeses. En 1981 se firmó el divorcio, alegando que ambos eran “desdichados”, aunque la verdad es que el príncipe ya tenía otra mujer. La segunda esposa del actual rey fue aparentemente una actriz porno. Con ella tuvo cinco hijos, pero el matrimonio se mantuvo como un secreto porque los funcionarios de la corte se preocupaban por la reputación de Vajiralongkorn. Cualquiera que haya sido el desencadenante, se separaron en 1996 y el príncipe echó a su esposa junto con sus cinco hijos. Ella tuvo que asilarse en el Reino Unido y ahora vive en los EE.UU con sus hijos, que fueron deslegitimados. 

Nadie volvió a pesar en Srirasmi hasta que el pasado 1 de mayo, Vajiralongkorn (ya convertido en rey) oficializara su matrimonio con la reina Suthida. ¿Y dónde está Srirasmi?, preguntaron algunos internautas tailandeses. En Tailandia es absolutamente conocida la tendencia del rey, ahora coronado como un “Devarajá” (semidios), a la ira, la violencia y la venganza. El diario británico The Telegraph publicó años atrás un relato de Rupert Christiansen, compañero del príncipe en la Escuela Millfield en Inglaterra, quien contó que “todos lo aborrecían” porque se convirtió en un matón: “Cualquier persona que muestre signos de debilidad o miedo podría ser atacado sin piedad por él", dijo. 

A los 66 años, el antiguo "príncipe playboy" ya tuvo cuatro esposas: la primera conserva su rango en la corte a pesar del divorcio, mientras la segunda se exilió en EE.UU. y sus hijos fueron deslegitimados.

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Según el blog Thai Political Prissioners, por decisión de Vajiralongkorn su tercera esposa vive hoy bajo un feroz arresto domiciliario sin permiso para ver a su hijo, mientras que sus familiares “se pudren” en la cárcel por decisión de Vajiralongkorn. Informan que la exesposa real permanece desterrada en un campo de la provincia de Ratchaburi. “Fue un comportamiento extraordinariamente cruel y penoso de Vajiralongkorn”, opina el periodista Andrew McGregor, especialista en asuntos políticos tailandeses. Según activistas pro derechos humanos, la “humillación” de Srirasmi fue “una venganza que conoce pocos límites”.

“Hace unos años, alguien me dijo que se habían tomado unas fotografías mostrando el terrible trato que recibe Srirasmi en arresto domiciliario”, escribió el periodista. “Me dijeron que Vajiralongkorn ordenó que los árboles en el entorno debían ser derribados, y se colocaran perros salvajes y lagartos en torno al lugar”. “El inodoro de su casa fue demolido, obligándola a usar una sucia choza al aire libre como inodoro. En la choza, un cartel dice: Espero que tenga una vida suficiente”, contó McGregor quien agrega que, dadas las cosas que sabe, las fotografías del diario Bild son “genuinas”.