Desde el turbio dinero de la Cosa Nostra hasta los casos más recientes de contrabando de divisas por parte de monseñor Nunzio Scarano, el Banco Vaticano parece poner fin a su larga historia de casos oscuros. El papa Francisco, como parte de las medidas que afianzan su campaña de mani pulite, aprobó que el Estado Vaticano firmara un acuerdo con Italia para dejar de ser un “paraíso fiscal” y posibilitar así el intercambio de información bancaria desde 2009 y la repatriación de capitales.
Este acuerdo histórico, que busca poner fin a los escándalos de capitales ocultos y lavado de dinero del Instituto para las Obras de la Religión (IOR) –conocido como Banco Vaticano–, permite que el banco entregue automáticamente a la Hacienda italiana todos los datos de las personas físicas, sociedades, diócesis, organizaciones católicas y órdenes religiosas con residencia en Italia.
Andrés Beltramo Alvarez, corresponsal argentino en Roma y autor de La reforma en marcha, habló con PERFIL acerca de estos cambios: “Son un pasaje natural hacia la transparencia internacional, que comenzó en 2010”. La reforma no la inició Francisco, sino que fue promovida por el papa Benedicto XVI. Aunque luego fue saboteada sistemáticamente por altos mandos eclesiásticos que facilitaban negocios poco claros.
“Fue una obligación casi estratégica, porque el IOR ya venía teniendo problemas con sus transacciones con otros bancos que se regían con reglas de transparencia distintas”, indicó el colaborador de La Stampa.
¿Nuevos enemigos? PERFIL le preguntó al periodista si con esta medida Francisco ganó nuevos enemigos. El corresponsal explicó que “las modalidades que se realizaban en el banco estaban relacionadas con cardenales que eran convencidos por personas eclesiásticas de que les abrieran cuentas a su nombre, o de que recibieran depósitos en sus cuentas a cambio de generosas donaciones”. Por lo cual, “nadie va a estar en contra de esto, pero sí habrá desconcierto”.
El acuerdo es retroactivo y eso les puso la piel de gallina a varios: incluye el suministro de todos los datos desde el 1º de enero de 2009. Según un comunicado del Vaticano, los interesados “podrán acceder a un procedimiento simplificado para regularizar sus actividades”. Esto significa que se les aplicarán multas reducidas, previstas en una ley italiana de 2014 para favorecer el regreso de capitales al país.
Antecedentes. Durante el papado de Benedicto XVI se produjo el alejamiento como presidente del IOR de Angelo Caloia, por presunta malversación de fondos.
Lo siguió en el cargo otro personaje controversial, Ettore Gotti Tedeschi, quien tenía la tarea de realizar una profunda limpieza, pero el secretario de Estado, Tarcisio Bertone, forzó su cese en 2012. Hace pocos días fue excluido de cualquier responsabilidad penal por la Fiscalía de Roma, y habló con la prensa sobre las reformas actuales: “Lo más grave es que hoy se reconoce que tenía razón en todo”, y se reinstauraron algunas medidas que ya había tomado cuando estaba a cargo del IOR.