INTERNACIONAL
La Corte Suprema intervino a favor de San Pablo

Brasil y un nuevo conflicto: la batalla por las jeringas

A la improvisación oficial reflejada en los números de fallecidos se le suma la orden de Bolsonaro de sustraer 30 millones de jeringas y agujas compradas por el gobierno paulista.

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Manifestación contra el presidente Jair Bolsonaro | CEDOC

La cifra más temida en Brasil llegó antes de lo imaginado: hay 200.498 fallecimientos por el Covid-19. Al principio de la pandemia, las autoridades habían imaginado como el peor escenario un número mucho menor de decesos: lo cifraban en 180 mil. Esto coloca al país, y al gobierno de Jair Bolsonaro, en el triste récord de ser el segundo a nivel mundial en cantidad de muertes; solo lo precede Estados Unidos.

Los sanitaristas afirman que semejante escenario es culpa de la improvisación oficial, por cuenta del “negacionismo” bolsonarista, y porque el presidente supedita las medidas de salud a sus intereses políticos. El jefe de Estado pretende estar en la foto junto al primer brasileño que reciba la vacuna; así, podrá exhibirla, como un éxito propio, en las presidenciales de 2022. Pero, por sobre todas las cosas, busca ganarle de mano a quien supone que será su adversario en esa contienda, el gobernador paulista Joao Doria.

Las cifras de fallecimiento colocan al país y al gobierno de Jair Bolsonaro en el triste récord de ser el segundo a nivel mundial en cantidad de muertes; solo lo precede Estados Unidos 

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Un nuevo episodio de esa trama de competencias desmesuradas ensombreció la semana. Y reveló el escaso, o incluso nulo aprecio que el jefe de Estado siente por los gobernadores de los 26 estados brasileños y el Distrito Federal. En una medida de facto ordenó el secuestro de 30 millones de jeringas y agujas compradas por el estado de San Pablo.

El decomiso de esos insumos claves para inmunizar a los brasileños está previsto en situaciones de “inminente peligro público”; aunque éste no era el caso. Según el ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, la requisa tenía como objetivo garantizar el Plan Nacional de Inmunización, que debería ponerse en marcha en principio el 20 de enero. Ocurre al Palacio del Planalto le faltó la musculatura, si se quiere elemental, de organizar con la debida anticipación la compra de agujas y jeringas. De modo que recién en la tercera semana de diciembre, el gobierno federal organizó la licitación para abastecerse de ese producto. Pero los resultados fueron malos: apenas consiguió el 2,7% de las necesidades de ese componente esencial para la campaña de vacunación. Bolsonaro argumentó que era responsabilidad de los fabricantes locales, quienes habían ofertado las jeringas “a precios inadmisibles para el Estado”.

Como corolario de ese fracaso, al gobierno le quedó como alternativa la expropiación del stock de 30 millones de jeringas de San Pablo. Si esa medida prosperaba, el ministro Pazuello calculó que otro tanto podría hacer con otros estados provinciales. Y de esa forma acumularía al menos 100 millones del insumo clave. Pero su estrategia falló. Y quien malogró la maniobra fue la Corte Suprema.

El gobierno de Bolsonaro quedará marcado “por la negación de la ciencia”

Hoy trascendió el fallo del ministro de la Corte Ricardo Lewandowski.  Anuló la medida del gobierno de Bolsonaro sobre la incautación de jeringas y agujas. Las consideraciones del juez no dejan lugar a dudas: acusó al gobierno federal de “negligente” y sostuvo que su falta de iniciativa “no puede penalizar la celeridad manifiesta por la administración del Estado de San Pablo, para lo cuál se viene preparando desde hace tiempo, con el debido cuidado para enfrentar la actual crisis sanitaria”. Lewandowski impuso, inclusive, sanciones al Estado en caso de no devolver los productos incautados en 48 horas. El juez del Supremo Tribunal Federal (la Corte), sostuvo en su decisión que el gobierno federal coordina el Plan Nacional de Inmunización, “pero esa atribución no excluye la competencia de los estados provinciales, del Distrito Federal y de los municipios, que deben adaptar la vacunación a las peculiaridades locales, para cuidar de la salud”.  Fue categórico al señalar que un “secuestro administrativo no puede volverse en contra del servicio prestado por los estados provinciales”. Eso sería, dijo, una interferencia indebida en la autonomía de cada estado brasileño. Esta resolución del STF pone en evidencia el valor que tiene el máximo organismo judicial del país. Demostró que está dispuesto a intervenir para evitar la politización del Covid-19.

"Brasil era una referencia en salud pública, pero una política negacionista nos colocó donde estamos" dijo el profesor Medronho

En el mundo de los sanitaristas, de los epidemiólogos y de las ciencias médicas, nadie duda en calificar con nota muy baja a Bolsonaro y sus ministros. “Vamos a ser contundentes: la ecuación brasileña (del Covid) exige que el país entre en un lockdown nacional inmediatamente, o no tendremos cómo enterrar a nuestros muertos en 2021”. La sentencia es de Miguel Nicolelis, un médico experto en neurociencias, famoso mundialmente. Subrayó, luego, que el gobierno de Bolsonaro quedará marcado “por la negación de la ciencia”. Peor aún es el análisis de Roberto Medronho, profesor de Epidemiología en la Universidad Federal de Río de Janeiro. “Nos convertimos en parias internacionales de salud pública. Las 200 mil muertes son el fruto de la crueldad. La historia podría haber sido diferente. Brasil era una referencia en salud pública. Pero todo eso fue tirado a la basura. Una política negacionista, la ausencia de coordinación nacional y las medidas contradictorias, nos colocaron donde estamos”

 

*Autora de Brasil 7 días. Desde San Pablo, Brasil.