Un año y tres meses después de asumir como líder del catolicismo, Jorge Mario Bergoglio debió cancelar su cargada agenda como pontífice por dos días consecutivos tras acusar una "leve indisposición física".
Todo empezó el lunes, después de dar la misa matinal, cuando el Papa canceló las reuniones que tenía para hacer reposo. Su actividad dominical, donde reunió a los líderes de Palestina e Israel para llamar a la paz en la región, fue "agotadora".
En la jornada del martes, Bergoglio continuó en estado de reposo y no ofició su habitual misa en la capilla de Santa Marta. "No hay nada de qué preocuparse", dijo el vicedirector de la sala de prensa del Vaticano, Ciro Benedetti, sobre el malestar físico que sufre el pontífice.
Sin ofrecer detalles sobre el estado de salud de Francisco, Benedetti contó que el Papa celebró la misa en privado y desdramatizó la situación, según consigna el sitio especializado Rome Report.
Según señaló la prensa local, el mes de junio será un mes muy ocupado para el Papa, con una pesada lista de reuniones, por lo que le recomendaron tomar unos días de descanso.
Francisco ya había reportado estados gripales anteriormente, lo que preocupa al Vaticano por su delicada situación pulmonar. En esa ocasión, los voceros del Papa detallaron que se trataba de un estado gripal.