La carrera por obtener una vacuna contra el coronavirus es a contrarreloj. Mientras en Estados Unidos y China trabajan para lograr alguna cura eficaz a esta enfermedad, en el país que lidera Donald Trump se aprobó como tratamiento para aplicar contra la pandemia el uso de la cloroquina, un medicamento antimalaria.
"Vamos a poder hacer que ese medicamento esté disponible casi de inmediato, y ahí es donde la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) actuó de forma increíble", manifestó Trump en diálogo con los periodistas.
"Ha pasado por el proceso de aprobación, ha sido aprobado. Lo redujeron de un tiempo de muchos, muchos meses a inmediato. Podremos hacer que ese medicamento esté disponible con receta", sostuvo el mandatario estadounidense.
Vamos a poder hacer que ese medicamento esté disponible casi de inmediato, dijo Trump
El fosfato de cloroquina pertenece a una clase de medicamentos llamados antimaláricos y amibicidas porque sirven para el tratamiento y la prevención de ambas enfermedades. El remedio viene envasado en forma de tabletas para tomar por vía oral.
La cloroquina se usa también ocasionalmente para reducir los síntomas de la artritis reumatoide y para tratar condiciones como lupus eritematoso sistémico y discoide, esclerodermia, pénfigo, liquen plano, polimiositis, sarcoidosis y porfiria cutánea tardía. Este medicamento puede provocar efectos secundarios como cefalea (dolor de cabeza), pérdida del apetito, diarrea, malestar estomacal, dolor de estómago, sarpullido (erupción en la piel) o prurito (picazón), caída del cabello o cambios en el estado de ánimo.
Expectativa global: se prueba una vacuna experimental para el coronavirus en un voluntario
El pasado lunes 16 de marzo arrancó un ensayo clínico en la ciudad de Seattle para probar en humanos una vacuna contra el coronavirus. El Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) está financiando el ensayo, que se lleva a cabo en el Kaiser Permanente Washington Health Research Institute con la colaboración del fabricante de medicamentos Moderna Inc.
Las pruebas comenzaron con 45 voluntarios jóvenes y sanos con diferentes dosis de vacunas, el primero de ellos la recibió el mismo lunes. Según se informó, no hay posibilidad de que los participantes puedan infectarse con las inyecciones, ya que no contienen el virus en sí. El estudio va a servir para corroborar si este tratamiento causa efectos secundarios preocupantes.
Los funcionarios de salud pública advierten que llevará entre un año y 18 meses validar completamente cualquier vacuna potencialmente exitosa.
B.D.N.
