En medio de la crisis política, social y económica - en la que hace una semana Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela y el mundo se dividido entre quienes reconocen o no su institucionalidad - Fabiana Rosales, su esposa, habló con Feinmann 910 sobre el momento que está atravesando el país.
"La vida dio un giro enorme. Pasamos de vivir una etapa con tranquilidad y se ha revolucionado el mundo, el planeta. Estamos muy contentos del apoyo internacional enorme que hemos tenido. Los venezolanos retomanron la esperanza y volvieron a creer que el mal nunca va a poder contra el bien", dijo durante la entrevista.
“Uno se enfrenta a cualquier cosa, incluso a la muerte. Tiene miedo a los escenarios que se pueden plantear”, afirmó Rosales sobre el momento que está atravesando Guaidó. “Cuando uno tiene mucha fe en Dios y sabe que está haciendo lo correcto, con apoyo internacional y de lo venezolanos, esos miedos se disipan”, agregó enfática.
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Rosales contó la previa al acto en el que Guaidó, el miércoles pasado, asumió en su nuevo rol: “En diciembre hubo una elección interna dentro del partido para elegir al representante en el parlamento (declarado en desacato por el propio Nicolás Maduro). Ya sabíamos lo que venía posteriormente, la usurpación de un cargo. El presidente del parlamento asume las competencias del ejecutivo nacional”. “Nosotros conversamos mucho sobre la posibilidad”, agregó.
Sin embargo, negó estar en contacto con Maduro para hallar una solución en conjunto: “Es falso que Maduro esté hablando con nosotros. Lo único que puede redimir el freude son tres puntos: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Esa es la agenda que se puede conversar. El sábado nos volvemos a ver en las calles en paz”.
El motor de la lucha, asegura, es la hija que tienen: “Estamos juntos, vivimos juntos, cuidándonos de lo que podría pasar y cuidando a nuestra hija. Por ella es toda la lucha que hemos asumido, para dejarle un país donde pueda salir a la calle y jugar sin que nadie le haga nada, que pueda crecer en paz en Venezuela y que no le niegue oportunidades”.
“Estamos juntos hace siete años. Nos conocimos luchando por Venezuela. Somos activistas de Voluntad Popular y éramos parte de sus equipos. El sueño por Venezuela nos unió más”.
“A los venezolanos del mundo, los extrañamos enormemente, nos hacen mucha falta. Queremos que vuelvan pronto para reconstruir el país”, concluyó en el marco de grandes olas de exilios del país bolivariano.
