El régimen comunista de Corea del Norte anunció ayer la muerte de Kim Jong-il, el líder que gobernó el país con mano de hierro durante los últimos 17 años y quien será sucedido por su hijo menor, Kim Jong-un.
Kim Jong-il, de 69 años y cuyo estado de salud suscitaba numerosas especulaciones desde que sufriera una apoplejía en 2008, sufrió un infarto cuando viajaba en su tren privado el pasado sábado, según informó la televisión estatal norcoreana, KCTV, en un anuncio oficial a la nación.
"Nuestro querido líder Kim Jong-il falleció el sábado 17 a las 8:30 de la mañana mientras viajaba para realizar sus funciones de liderazgo", dijo, entre lágrimas y con traje de luto, la presentadora del canal norcoreano.
El funeral del líder norcoreano, al que no han sido invitadas delegaciones internacionales, tendrá lugar el 28 de diciembre en Pyongyang, y el país permanecerá de luto hasta un día más tarde, según consignó la agencia EFE.
Poco después de anunciarse la muerte del "amado líder" Kim Jong-il, hijo del fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung, la agencia de noticias norcoreana, KCNA, definía al joven Kim Jong-un como el "gran sucesor del sistema revolucionario" de Corea del Norte.
El hijo menor del líder norcoreano, que se cree tiene 29 años, fue nombrado en septiembre de 2010 general de cuatro estrellas y vicepresidente de la comisión militar Central del Partido de los Trabajadores, en lo que ya despuntaba como su consagración como sucesor.
"Tenemos que convertir esta tristeza en valentía bajo la dirección de Kim Jong-un y tenemos que luchar para que la gran revolución tenga éxito en estos momentos difíciles", indicó KCNA. Poco se sabe de Kim Jong-un, quien es fruto del matrimonio de Jong-il con su tercera mujer, Ko-Young-hee, una ex bailarina que falleció de cáncer en 2004.
El joven Kim Jong-un vivió en su adolescencia en colegios de Berna (Suiza), escudado tras una identidad falsa, y se cree que tras su etapa en Suiza regresó hacia el año 2000 a Corea del Norte, donde se graduó, en 2007, en la Universidad Militar Kim Il-sung.
Con el nombramiento de Jong-un, nieto del fundador del país Kim Il-Sung, el régimen totalitario norcoreano garantiza la continuidad de una dinastía que ha gobernado la nación con mano de hierro desde finales de la II Guerra Mundial.