La capilla ardiente 41º presidente de Estados Unidos, George Herbert Walker Bush, en el Capitolio en Washington recibió una visita sorpresa del presidente Donald Trump acompañado de la primera dama, Melania Trump. Tras esto, la pareja presidencial salió del lugar tan silenciosamente como había llegado.
El mandatario llegó la noche de este lunes, en el primer día del homenaje público a Bush, fallecido el viernes a los 94 años en su casa de Houston, Texas, y guardó silencio ante el ataúd de su antecesor en la Rotonda del Capitolio, donde una guardia de honor vigila día y noche, hasta el miércoles, los restos mortales del expresidente.
Bush había dicho que no votó por Trump en 2016, pero éste anunció que le rendirá todos los honores. Como parte de estos homenajes, Trump ordenó enviar el Boeing 747, llamado Air Force One solo cuando el presidente está a bordo, para trasladar a Washington los restos de Bush, un viaje que fue denominado "Misión especial de aviación 41".
A la ceremonia en la Catedral Nacional de Washington el miércoles también asistirán otros expresidentes estadounidenses -incluido por supuesto el hijo del fallecido, George W. Bush, y decenas de líderes extranjeros, incluida la alemana Merer Merkel. El exprimer ministro canadiense Brian Mulroney pronunciará un discurso durante la ceremonia.
