Francia ya manifestó públicamente su voluntad de bloquear la firma de un acuerdo comercial entre la Unión Europea y los países del Mercosur, en virtud de la enérgica negativa del sector agropecuario francés, que este lunes lanzó una nueva jornada de movilizaciones en contra de la eventual medida.
Las conversaciones para lograr un acuerdo entre los países de la UE, de un lado, y Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, del otro, comenzaron hace más de dos décadas. Se trata de un pacto que no incluiría en principio a Bolivia, miembro reciente del Mercosur.
A raíz del mandato que los países de la UE otorgaron en 1999 a la Comisión Europea, que como Ejecutivo comunitario negocia en nombre de todo el bloque, el tratado "global" debe regir las relaciones políticas, económicas y comerciales.
En la jerga de Bruselas, se trataría de un "acuerdo mixto", ya que reúne competencias exclusivas de la Comisión, como gran parte del apartado comercial, con otros aspectos compartidos con los gobiernos nacionales.
De mantenerse esa estructura, Francia dispondría de un derecho de veto, porque el Consejo de la UE, que reúne a los gobiernos de sus 27 países, debería darle el visto bueno por unanimidad antes de las ratificaciones por los Parlamentos nacionales.
En 2016, la pequeña región belga de Valonia bloqueó durante días la firma del acuerdo entre la UE y Canadá, conocido como CETA, al negarse a dar a Bélgica —un Estado federal—su necesario visto bueno para rubricar el tratado en el Consejo.

Para evitar que la situación se repita, la Comisión Europea que conduce Ursula von der Leyen estudiaría dividir el acuerdo, desgajando la parte sobre los intercambios comerciales (agrícolas e industriales) del resto, según fuentes diplomáticas.
Bajo dicho esquema, el modo de aprobación del capítulo comercial cambiaría y ya no se necesitaría unanimidad ni ratificaciones nacionales para su entrada en vigor. Del lado europeo, bastaría con el voto del Parlamento Europeo y del Consejo por mayoría cualificada.
La estrategia de Francia para bloquear el acuerdo
Francia, que rechaza esta división contraria al mandato de negociación inicial, podría no obstante intentar construir una "minoría de bloqueo" para impedir la aprobación del tratado comercial escindido.
Esta opción necesitaría que al menos 4 de los 27 países de la UE se opongan al acuerdo comercial, siempre y cuando el peso de los partidarios del mismo no alcance el 65% de la población del bloque europeo.
Francia es el segundo país más poblado de la UE, pero, en el caso de acuerdo con el Mercosur, se enfrenta a otros dos pesos pesados —Alemania y España— que presionan por su firma y su entrada en vigor.

El objetivo se anuncia difícil. "Estamos trabajando con los países europeos para hacerles entender el peligro que representa este acuerdo", aseguró la semana pasada el ministro de Economía francés, Antoine Armand.
En un contexto de auge de fuerzas populistas de extrema derecha en Europa, Francia advierte del impacto político y "democrático" en su país, uno de los fundadores del bloque, si se firma el acuerdo sin su visto bueno.
El presidente Emmanuel Macron afirmó el domingo en Buenos Aires que Francia no firmará el tratado "tal como está" planteado y que no creía que la presidenta de la Comisión lo firmase sin el apoyo de París.
ca / AFP