INTERNACIONAL
fe, carisma y doctrina social

Francisco se lanzó a la conquista de fieles en Asia

Bergoglio se reunió con jóvenes en Corea y cuestionó la desigualdad. Quiere expandir la influencia de la Iglesia en la región. Guiños a China y viajes a Filipinas y Sri Lanka. Galería de fotos

El Papa dio inicio a un ambicioso plan para que la Iglesia Católica haga pie en Asia.
| AP.

Cuando bajó del avión en el moderno aeropuerto de Incheon, en Seúl, Francisco no besó el suelo, como hacía Juan Pablo II. Dio una serie de pasos lentos, pero seguros, y estrechó la mano de Park Geun-hye, la presidenta de Corea del Sur. Así, el Papa dio inicio a un ambicioso plan para que la Iglesia Católica haga pie en Asia, el continente más densamente poblado, con más crecimiento económico y donde el catolicismo es minoría.
Con 11% de fieles, el Vaticano apostó a Corea, la península dividida por una guerra fratricida desde el armisticio de 1953, donde tuvo lugar esta semana la VI Jornada de la Juventud Asiática. Jugando de visitante, pero desplegando su habitual arsenal de gestos de humildad y sencillez, Jorge Bergoglio les habló no sólo a los cristianos, sino también a budistas, confucianos y no creyentes. Según el Pew Research Center, su voz es escuchada en Corea, donde el 86% de la población tiene una imagen positiva del argentino. Amparado en una aprobación que envidiría cualquier político, criticó ayer el materialismo, al tiempo que pidió la unificación y la paz de las dos Coreas y apeló al espíritu renovador de las nuevas generaciones.

Tras su segunda jornada en el país, quedan por delante tres días más en Oriente. Durante su periplo, oficiará cuatro misas y tendrá múltipes retos políticos y pastorales. Criticará la persecución religiosa en los países comunistas de la región, entre ellos Corea del Norte y China.

Asia es importante para la Iglesia Católica porque es el continente del futuro, por su avance económico, por su población, su desarrollo tecnológico y su presencia como actor internacional. Lo que pasa es que su presencia allí es muy minoritaria. De hecho, es casi inexistente en algunos países”, explicó a PERFIL José María Poirier, director de la revista Criterio. “Los desafíos del Papa son hacer un guiño a China, donde querría una mayor apertura en las relaciones con la Iglesia, y un gesto a toda la juventud de Asia, con un énfasis en la paz, en la condena al materialismo exacerbado y en la tarea de un evangelio cercano a los pobres”, agregó el filósofo, egresado de la Universidad Lateronense, de Roma.

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Con respecto a Beijing, con la que el Vaticano no tiene relaciones diplomáticas, las esperanzas de un mejor diálogo crecieron esta semana, cuando Francisco se convirtió en el primer pontífice en cruzar el espacio aéreo chino. “China siempre fue sincera en su deseo de mejorar las relaciones con el Vaticano y ha hecho esfuerzos positivos para ello”, declaró Hua Chunying, vocera de la Cancillería de ese país, al responder un telegrama papal enviado al presidente Xi Jinping.

Tras viajar en un tren de alta velocidad, junto a otros 500 pasajeros, el Pontífice celebró ayer la misa de la solemnidad de la Asunción en el estadio de fútbol de Daejeon, escenario de la Copa de 2002. Ante 50 mil personas, cuestionó, una vez más, las contradicciones del capitalismo. “Nos preocupa la creciente desigualdad en nuestras sociedades entre ricos y pobres. Vemos signos de idolatría de la riqueza, del poder y del placer, obtenidos a un precio altísimo para la vida de los hombres”, afirmó Bergoglio. En su homilía, también les pidió a los jóvenes “combatir el encanto del materialismo” y que “rechacen los modelos económicos inhumanos que crean nuevas formas de pobreza y marginación de los trabajadores”.

Corea del Sur es el primer país asiático que Francisco visita en su papado, pero no será el último. Su peregrinaje por la región, donde vive sólo el 3% de la población católica mundial, incluirá también un viaje a Filipinas en enero y otro a Sri Lanka en los próximos seis meses. Su objetivo declarado es aumentar la cantidad de fieles en el Lejano Oriente. “La presencia del Papa es un símbolo poderoso de reconocimiento del Vaticano de que en Asia y en Africa subsahariana es donde la Iglesia está creciendo más fuertemente”, le confió Lionel Jensen, experta en religión de la Universidad de Notre Dame, a The New York Times.

Dentro de las actividades que tendrá hoy, el Papa beatificará a 124 mártires coreanos –entre ellos, a Paul Yun Ji-Chung–, asesinados por profesar su fe entre 1791 y 1888. Además, visitará un centro de discapacitados de Kkottongnae, donde se espera que haga una fuerte condena del aborto.
Con un espíritu misionero y su carisma, Bergoglio se lanzó esta semana a la conquista de Oriente, la región más ajena al catolicismo.

 

Reunión con víctimas del ferry Sewol

El Pontífice se reunió ayer con familiares de las víctimas de la tragedia del ferry Sewol, a las que les expresó su apoyo. “Que el señor acoja a los fallecidos en su paz, consuele a quienes guardan luto y continúe sosteniendo a quienes tan generosamente van en ayuda de sus hermanos y hermanas”, señaló  Francisco. Uno de los padres de los fallecidos, Lee Ho-jin, decidió convertirse al catolicismo y será bautizado hoy por el Papa en un acto público.

“Pedimos ayuda al Papa para descubrir la verdad sobre el naufragio del Sewol”, reclamó ayer Kim Sungsil, familiar de uno de los fallecidos. Ante el revuelo ocasionado en Corea, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, descartó que Jorge Bergoglio presione a las autoridades para escuchar los reclamos de justicia.

La tragedia del ferry Sewol tuvo lugar en abril pasado y dejó más de 300 muertos.