INTERNACIONAL
ballottage de las elecciones regionales

Gane o pierda hoy, el Frente Nacional canaliza cada vez más el voto de protesta

La extrema derecha fue el partido más votado en la primera vuelta, pero el retiro de las listas socialistas reduce sus chances hoy. Su objetivo son las presidenciales de 2017.

Marine Le Pen. Podría ganar su región, pero su meta es desbancar a los socialistas en dos años.
| AFP

Desde París
“¿Qué se pierde con probar?”. Esa frase, mencionada como argumento por cada francés que se dispone a votar por primera vez al Frente Nacional (FN), amenaza con hacer estragos hoy en el ballottage de las elecciones regionales.
Después de haber obtenido en la primera vuelta del domingo pasado 6 millones de votos (27,73%), que lo consagraron como primera fuerza política de Francia, el partido que dirige Marine Le Pen quedó en posición de ganar las regiones Norte Paso de Calais y Provenza Alpes Costa Azul (PACA). El retiro de listas decidido por el Partido Socialista (PS), sin embargo, puede impedir la victoria del FN. También tiene esperanzas en Borgoña-Franco-Condado y sobre todo en Alsacia-Lorena-Champaña-Ardenas.

Ganador. A 24 horas de la cita con las urnas, los institutos de sondeo rehúsaban formular pronósticos cifrados debido a la inestabilidad del electorado. Pero reconocían que, cualquiera sea el resultado de esta consulta, el verdadero ganador de las regionales será el Frente Nacional.
Más allá de las regiones que gane, el FN surgirá con una imagen reforzada de partido “víctima del sistema”. En la primera vuelta de las elecciones departamentales de marzo, llegó en primera posición en 43 de los 98 distritos, pero –al terminar el ballottage– no pudo ganar ninguno. Ahora en las regionales, ocupó el primer lugar en seis de las 13 regiones y las perspectivas para hoy no son mucho mejores.
Ese resultado complace a Marine Le Pen, que pronostica una venganza de los franceses “en la presidencial de 2017”. Su eminencia gris, Florian Philippot, propicia presentar al FN como el partido que concentra el voto de protesta, como ocurría con los comunistas entre 1945 y 1985.
Gracias a la protesta y a su actitud de víctima, el FN creció en forma exponencial en los tres años y medio del gobierno socialista. Después de haber obtenido 17,9% en la primera vuelta de la elección presidencial de 2012, ahora exhibe un caudal de 6 millones de votos y 10% más del cuerpo electoral.
En estos últimos 41 meses envió dos diputados a la Asamblea Nacional, 24 al Parlamento Europeo de Estrasburgo, logró una implantación en todo el país, tomó el control de 12 municipios e hizo elegir 1.544 consejeros municipales. Creó una verdadera estructura de poder que constituirá su plataforma de lanzamiento para las presidenciales y parlamentarias de 2017.
Para que el sueño sea completo, sólo necesita que estalle la crisis que incuba dentro de Los Republicanos (LR), el partido de Nicolas Sarkozy. Eso la convertiría en la única alternativa de la derecha francesa. Una alianza con los electores de derecha podría propulsarla rápidamente hasta las puertas del Palacio del Elíseo.

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