Harbin, la capital de la provincia fronteriza con Rusia de Heilongjiang, se vio obligada a reforzar sus medidas restrictivas luego de que la semana pasada surgiera un rebrote con 52 casos positivos locales del nuevo coronavirus. En contraposición, la ciudad de Wuhan, donde se originó la pandemia de covid-19, vuelve lentamente a la normalidad.
Ante el temor de que la ciudad pueda convertirse en el nuevo epicentro de contagios del territorio asiático, las autoridades locales decidieron aislar la ciudad al bloquear la salida de sus 10 millones de residentes. Además, para extremar las medidas de control instalaron puntos en aeropuertos y estaciones de tren para testear a los extranjeros que quieran ingresar a este territorio, quienes, de todas maneras, deberán permanecer confinados por 28 días, además de someterse a exámenes de ácido nucleico y de anticuerpos.
Según publicó BBC, las autoridades chinas trabajan para en encontrar alguna evidencia clara respecto al origen de este brote en la provincia del norte, aunque se cree que los nuevos casos podrían haber sido importados desde Rusia. Este lunes 27 de abril, el país liderado por Vladímir Putin superó los 87.000 casos confirmados, según los datos de la Universidad de Johns Hopinks, lo que lo ubica dentro de los diez países del mundo con mayor cantidad de contagios.
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En China, los cuatro distritos donde se encontraron casos de positivo por SARS-CoV-2, como se llama el nuevo coronavirus causante de la pandemia de covid-19, fueron dejados en cuarentena total por las próximas dos semanas. También, las autoridades prohibieron el ingreso de personas a dependencias públicas o complejos residenciales –excepto a los propios residentes– si antes no comprueban que están libres del virus a través de aplicaciones de celular creadas especialmente.
Todas estas medidas se sumaron a las de distanciamiento social, con el veto a la celebración de matrimonios, funerales o cualquier reunión que aglomere a varias personas. Según los primero análisis, el caso de Harbin es para los expertos un ejemplo de que aún es pronto para relajar las medidas contra el coronavirus.
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