Tras la masacre de la mezquita Al Noor de Christchurch (Nueva Zelanda), en las que un supremacista blanco mató a 50 fieles y causó más de 30 heridos, despertó la ira yihadista, que ahora promete venganza contra los "cruzados". Tras la masacre, la primera retransmitida por redes sociales, en un mensaje fechado el 15 de marzo en la red de mensajería Telegram los grupos afiliados a Al Qaeda hablan de la masacre en Nueva Zelanda como una "guerra de los cruzados" contra los musulmanes y prometen responder con el "lenguaje de la sangre".
Sobre el canal Telegram pro Estado Islámico (EI o ISIS) Al-Asyaf Al Baghdadi, el llamamiento es "derramar la sangre de los cruzados", mientras que otros sitios mencionados por Site (el portal que monitorea el movimiento de los grupos yihadistas en Internet) incitan a atacar "las iglesias" en señal de reciprocidad.
Rahel, otro canal Telegram cercano al Califato, publica una foto que muestra un fusil, una bandera negra del EI y un cinturón suicida con varios mensajes escritos de acuerdo con el mismo patrón utilizado por el asesino Brenton Tarrant que había grabado en sus armas los nombres de los "héroes" símbolo de las guerras contra los musulmanes, desde Poitiers a Lepanto: el rey franco Carlo Martello, el duque Sebastiano Venier, el almirante veneciano Marco Antonio Bragadin. Todos nombres escritos con el rotulador blanco en las dos ametralladoras que sostiene el hombre para su matanza. "La venganza vendrá pronto", prometen los yihadistas, "has abierto las puertas del infierno sobre tu isla".
"Debemos garantizar la existencia de nuestra gente y un futuro para los niños blancos", había manifestado Tarrant antes de lo que, según él, sería un “acto de venganza contra los invasores por los cientos de miles de muertes causadas por invasores extranjeros en tierras europeas a lo largo de la historia”. "Por la esclavitud de millones de europeos sacados de sus tierras por los esclavistas islámicos... por las miles de vidas europeas perdidas por los ataques terroristas en todas las tierras europeas", escribió el terrorista.
Brenton Tarrant también está en la mira de las bandas criminales locales, que amenazan con represalias contra él. "También tenemos amigos en prisión...", amenazó a través del New Zealand Herald uno de los miembros de una banda que ofreció apoyo a las familias de las víctimas. "Desde que llegaron a Nueva Zelanda, ahora son nuestros. Son nuestra gente", explicó, y agregó que lo que hizo Tarrant "fue asqueroso, incorrecto en todos los aspectos".
D.S.
