José Octavio Bordón, presidente del CARI, mantuvo diálogo con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil, en el que destacó la capacidad de diálogo como herramienta de transformación que propone el gobierno de Gabriel Boric en Chile. Además, resaltó la voluntad de los países de nuestra región de mantener una línea “clara” ante los conflictos bélicos, la pandemia y la profundización de la inequidad.
JF: Hacenos una síntesis de tu propia impresión de lo que significa la invasión de Rusia a Ucrania y qué modifica geopolíticamente y geoeconomicamente?
JB: Hay una preocupación por el sistema internacional que no ha podido prevenir esta situación que nadie pensaba que iba a llegar a este extremo. Pero por la tensión que había no hay duda que la actitud del gobierno de Rusia ha transgredido todas las normas del derecho internacional, porque son miembros de las Naciones Unidas, tienen responsabilidad con los cuatro países miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
Es atacar a un país vecino, que en ningún caso tuvo una intención de atacar a Rusia en su territorio. Una de las cosas que más me impactó fue una declaración que hizo el presidente de Corea del Norte cuando dijo que si Ucrania no hubiera tenido armamento nuclear, no la hubieran atacado. Claramente lo hizo para defender su vocación de tener ese poderío. Menciono esto porque en el proceso de reordenamiento de la desintegración de la Unión Soviética, Ucrania devolvió todas las armas nucleares a Rusia.
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JF: Recuerdo cuando se comenzó a hablar del BRIC, entrevisté a Ivanov, quien había sido ministro de relaciones exteriores de Rusia. Me dijo "Rusia, India, China, sí, pero Brasil, no, porque Brasil no tiene bomba atómica". ¿Ivanov tenía razón entonces, de que tener una bomba atómica hace la diferencia en la seguridad nacional?
JB: Como visión valorativa frente a los verdaderos riesgos que sufre la humanidad y que ha quedado momentáneamente compuesto por este conflicto, tiene consecuencias importantes para nuestra política exterior y la de nuestros vecinos. Pero el hecho de que todos los países del Mercosur y de la Alianza del Pacífico, hayan votado sobre la actitud de Brasil en la asamblea especial que se dió en Naciones Unidas, en la que votamos todos en el mismo sentido, abre más allá de los errores y los entendimientos, una esperanza, que surge de la empatía de sus principales dirigentes. Porque con el drama de la guerra, estamos viendo las consecuencias terribles que significa para Ucrania y para esos niños y futuras generaciones.
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JF: Fuiste embajador en Chile, nos podés hacer una interpretación de qué fue lo que pasó en Chile, que de ser aquel modelo de éxito, se convirtió de repente en un ejemplo de disrupción política que pone el país patas para arriba.
JB: Fue impresionante lo que hicieron los primeros gobiernos de la democracia en Chile en cuanto al diálogo de lo que fue la estabilidad, la reducción de la pobreza y la inflación que había dejado la dictadura de Pinochet. Hubo una vocación de diálogo, integración y paz y solución de sus problemas limítrofes. Lamentablemente lo que ocurrió es que había un proceso de inequidad, que se profundizó. Esto hizo que en un momento dado estallara un conflicto que tuvo una parte muy pacífica, y otra de anárquicos y violentos.
Pero más allá, el diálogo de las fuerzas tradicionales, muy desacreditadas del gobierno, lograron a través de la convocatoria a una reforma constitucional, superar esa crisis de violencia con los problemas que la habían generado y llegar hasta un proceso electoral que fue ejemplar. Porque a pesar de que habían competido las dos fuerzas de la izquierda y la derecha, ese mismo día dialogaron, se respetaron.
¿Cómo están hoy y qué puede pasar? Primero que el presidente Gabriel Boric, ha mostrado una voluntad de no renunciar a las causas justas que generaron esta situación, sino tratar de correrse hacia el centro, como él dice, “quiero ir despacio porque quiero ir lejos” y planteó que si no hay un diálogo y un consenso amplio, no hay manera de sostener ningún cambio. Hoy en Chile, el presidente está tratando de conducir un diálogo con mucha gente, un verdadero rompecabezas.
Al mismo tiempo tenemos un parlamento que a pesar del desastre la elección de la primera vuelta de las fuerzas tradicionales tienen mayoría. Entonces lo que hay es un intento a través del diálogo y la expresión de quien es hoy el ministro de economía, las autoridades del Banco Central, y la canciller. La izquierda se expresa tremendamente respetuosa de los procesos democráticos.
En Chile hoy no hay pánico, hay esperanza y una expectativa de un diálogo que ponga de nuevo a Chile en el camino de preservar lo que conquistó durante dos décadas y al mismo tiempo responder a las lógicas y nuevas demandas que una sociedad que quiere ser de clase media. Creo que con Argentina la relación va a ser positiva, el presidente de Chile, a diferencia de lo que han sido otros candidatos siempre fue un hombre con mucho sentido de fraternidad antes los países del diálogo y la paz.