La fuerza de paz de la ONU en Líbano (Finul) expresó ayer su temor a que la intensificación de la ofensiva israelí contra Hezbollah en Líbano desemboque en un conflicto regional “catastrófico”, con otro frente abierto en Gaza, donde Israel combate a Hamas.
El conflicto en Líbano amenaza con “convertirse muy pronto en un conflicto regional con consecuencias catastróficas para todos”, afirmó Andrea Tenenti, el portavoz de la Finul. Los enfrentamientos entre Israel y la milicia islamista libanesa Hezbollah, añadió, causaron “muchos daños” en sus posiciones.
La fuerza de la ONU informó que otro Casco Azul había sido herido el viernes, el quinto en dos días, cerca de la frontera con Israel por disparos de procedencia por el momento desconocida. La Finul acusó el jueves al ejército israelí de disparos “repetidos” y “deliberados” contra sus posiciones.
Las Fuerzas Armadas de Israel informaron ayer que han contabilizado unos 320 proyectiles lanzados desde territorio libanés hacia su propio territorio durante la fiesta judía del Yom Kippur, entre la noche del viernes y la puesta de sol de ayer.
Las sirenas de ataque aéreo se activaron en las regiones de Galilea, Acre, Safed, Haifa y sus alrededores, por lo que más de un millón de israelíes han tenido que acudir a los refugios durante la fiesta del Yom Kippur.
Hezbollah anunció varios ataques contra Israel a lo largo de la noche, como el efectuado contra un grupo de militares en Jardah, otro ataque contra la base de Souma, en el Golán, un tercer bombardeo de cohetes en el cuartel de Zarit o un puesto militar en Ma’ilia, frente a Yarine.
Hezbollah también ha reivindicado un ataque contra una base militar cerca de la localidad israelí de Haifa, donde existía “una fábrica de materiales explosivos”.
Por otra parte, las Fuerzas Armadas israelíes, las FDI, declararon zona militar cerrada varias localidades de la frontera norte, una medida que habitualmente precede a incursiones militares en suelo libanés para atacar a la milicia de Hezbollah. En concreto afecta a los municipios de Zarit, Shomera, Shtula, Netuya y Even Menachem.
Mientras, el Mando del Frente Interior anunció el levantamiento de restricciones, por lo que se podrán retomar las clases en las localidades del norte del país y en los Altos del Golán. Además se podrán realizar hasta dos mil actividades en las comunidades de Daliyat al Karmel e Isfiya.
Durante la festividad, que empezó el viernes por la noche y acabó con la puesta de sol de ayer, las fronteras, los aeropuertos, el transporte público y la mayor parte de los comercios permanecieron cerrados.
En Líbano, al menos nueve personas murieron en Maaysra y Barja, dos aldeas situadas fuera de los bastiones del proiraní Hezbollah, informó el Ministerio de Salud libanés.
Hezbollah abrió un frente contra Israel hace un año para apoyar a su aliado Hamas, en guerra en la Franja de Gaza con el Estado judío tras los ataques terroristas del movimiento islamista palestino el 7 de octubre de 2023 en suelo israelí.
Desde el 23 de septiembre, Israel intensificó la campaña militar contra la milicia creada y financiada por Irán y una semana después inició incursiones terrestres en Líbano.
Tanto la guerra en Gaza como el conflicto en Líbano han ido acompañados de una escalada entre Israel e Irán, que lanzó cerca de 200 misiles contra su archienemigo el 1° de octubre.
¿Respuesta a Irán? Teherán afirma que lanzó su ataque en respuesta a las muertes del jefe del Hezbollah libanés, Hassan Nasrallah, y del jefe de Hamas, Ismail Haniyeh.
El primero murió en un bombardeo israelí el 27 de septiembre en Beirut, la capital libanesa. El segundo fue abatido en un ataque con explosivos atribuido a Israel el 31 de julio en Teherán.
Después de la festividad de Yom Kipur, es probable que la atención se centre nuevamente en la esperada represalia contra Irán. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, prometió esta semana que la respuesta de su país sería “mortal, precisa y sorprendente”.
Con todo, el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden presiona para que la respuesta israelí sea “proporcionada” y arrastre a la región a una guerra más amplia. También ha instado a Israel a evitar atacar las instalaciones nucleares o la infraestructura energética de Irán.
Israel enfrentó el viernes una ola de condenas internacionales después de que la Finul acusara a sus tropas de disparos “repetidos” y “deliberados” contra sus posiciones.
El ejército israelí aseguró que disparó en dirección a una “amenaza” cerca de la posición de las fuerzas de la ONU y aseguró que está llevando a cabo una investigación para esclarecer lo ocurrido.
Desde hace un año más de 2.100 personas han muerto en Líbano, de las cuales más de 1.200 desde la intensificación de los bombardeos hace tres semanas, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales.
Según la ONU, hay cerca de 700 mil desplazados en el interior de Líbano y alrededor de 400 mil personas han huido a Siria.
El portavoz militar israelí en árabe, Avichay Adraee, ordenó ayer a los habitantes del sur de Líbano “no regresar a sus casas” por su “propia seguridad”.
Los Cascos Azules se quedarán en la frontera
AFP
Los Cascos Azules de la ONU están decididos a permanecer en la zona fronteriza en el sur de Líbano, pese a los exigencias del ejército israelí y los ataques que dejaron cinco heridos, aseguró ayer su portavoz.
“Las fuerzas israelíes nos pidieron que abandonáramos nuestras posiciones en la Línea Azul desde la frontera hasta cinco kilómetros de la Línea Azul (...), pero hubo una decisión unánime de quedarnos, porque la bandera de la ONU debe ondear en esta zona” que separa Israel y Líbano, explicó Andrea Tenenti, portavoz de la fuerza de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en Líbano, la Finul.
Este cuerpo, que cuenta con 10 mil efectivos, está bajo fuego cruzado entre Israel y Hezbollah, que están en guerra abierta desde hace tres semanas.
Tenenti explicó que la decisión de permanecer se tomó a pesar de las condiciones “muy, muy difíciles” y de que los enfrentamientos entre Israel y Hezbollah han causado “muchos daños” en sus posiciones, “incluso dentro de las bases”.
“Anoche mismo, en la posición de las fuerzas de paz ghanesas, justo en el exterior, la explosión fue tan fuerte que destruyó gravemente algunos de los contenedores que había en el interior”, aseguró.
“Los cascos azules tienen que permanecer en búnkeres (...) y es muy difícil vivir así durante doce meses, porque esto no empezó ayer”, declaró el portavoz de la Finul. Hoy en día, es “muy difícil continuar las actividades de vigilancia porque los bombardeos son incesantes”, agregó.
El portavoz recordó que la misión principal de la Finul ha sido, desde su despliegue en 1978 y su refuerzo en 2006 tras la guerra de ese año entre Israel y Hezbollah, garantizar el cese de hostilidades.
“Hablamos periódicamente con ambas partes para iniciar una desescalada y advertirles porque atacar a las fuerzas de paz no solo es una violación de la resolución 1701 (que puso fin a la guerra), sino también del derecho internacional humanitario”, añade.
Tenenti también afirmó que el conflicto amenaza con “convertirse muy pronto en un conflicto regional con consecuencias catastróficas para todos”.