El ex presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva fue liberado tras declarar durante tres horas sobre su supuesta implicación con la trama de corrupción y lavado de dinero del megafraude a la estatal Petrobras. El ex mandatario dio su testimonio en la estación de la Policía Federal del aeropuerto de Congonhas.
"Estamos analizando evidencias de que el expresidente y su familia recibieron ventajas para conseguir acciones dentro del gobierno. Eso aún es una hipótesis", dijo en conferencia de prensa el fiscal Carlos Fernando dos Santos Lima, a cargo de la investigación. Esta mañana la policía de Brasil allanó la casa de Lula y lo llevó por la fuerza a prestar declaración por orden del juez federal Sergio Moro.
La policía confirmó que se llevaron a cabo 33 órdenes de registro y 11 órdenes de detención, incluyendo dos en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, lugar de residencia del ex mandatario. También registraron la sede del Instituto Lula, que dirige el ex presidente; una finca de la localidad paulista de Atibaia y un apartamento en el balneario de Guarujá, entre otros lugares, así como el domicilio en Sao Paulo de uno de sus hijos.
El Instituto Lula del exmandatario emitió un comunicado en el que repudió los procedimientos llevados a cabo: "La violencia practicada hoy contra el expresidente Lula y su familia, contra el Instituto Lula, la exdiputada Clara Ant y otros ciudadanos ligados al expresidente es una agresión al Estado de Derecho que afecta a toda la sociedad brasileña", consignaron. La acción de la policía "es arbitraria, ilegal e injustificable, además de constituir una grave afrenta a la Corte Suprema", añadieron.