El presidente electo Sebastián Piñera se reunió con la actual mandataria, Michelle Bachelet, para discutir cómo será la transición. Tras la primera vuelta, el candidato de la derecha moderó su discurso y colaboró con la agenda legislativa de Bachelet. En su próximo mandato, se espera que continúe con ese giro hacia el centro, mientras que la Nueva Mayoría apostaría por una "oposición constructiva" para no dejarle ese espectro político sólo a Piñera.
“No se esperan grandes reformas ni contrarreformas. Será un gobierno de centro. Gran parte de su labor pasará por la necesidad de implementar reformas de Bachelet en campos como la educación. Su agenda apuntará a la modernización del Estado y la salud. Para sacarlos requerirá una oposición constructiva, que seguramente tendrá”, afirmó a PERFIL el sociólogo Eugenio Tironi, artífice de la campaña del “No” al dictador Augusto Pinochet en 1989.
Sin embargo, Piñera enfrentará tres retos que requerirán consenso con otras fuerzas políticas, ya que no contará con mayoría absoluta en ninguna de las dos Cámaras del Congreso.
Gratuidad de la educación superior. Tras cosechar el 36% en la primera vuelta –cuando las encuestas le habían augurado un 44%-, Piñera pegó un volantazo que lo llevó al Palacio de la Moneda: se pronunció a favor de la gratuidad en la educación superior y alejó los fantasmas de la campaña del miedo. Los senadores de la derecha apoyaron el proyecto de Bachelet, aprobado en general la semana pasada. Ese gesto, sin embargo, no apaciguó la desconfianza del oficialismo, que teme que esa ley naufrague en Diputados o sea derogada cuando asuma el empresario. “Creo en la buena fe de la candidatura, de los parlamentarios que concurrieron unánimemente a aprobarlo en comisión y en sala y que, por lo tanto, van a ser coherentes con la postura expresada por el ahora presidente electo. Me extrañaría que no fueran coherentes con aquello, porque si así fuera, quiere decir que aquí hubo un abuso de la fe pública con fines electorales o electoralistas”, afirmó a La Tercera el ministro secretario general de la Presidencia Gabriel de la Fuente.
Cuestión mapuche. Durante la campaña, Piñera cuestionó en duros términos los episodios de violencia en La Araucanía y prometió aplicar la Ley Antiterrorista, heredada de la dictadura. “Yo no estoy de acuerdo con decir que los mapuches no cometen terrorismo. No es la naturaleza de la persona lo que califica el acto terrorista sino que es la naturaleza del delito”, cruzó al lonko Juan Pichún en un programa televisivo. Sin embargo, reconoció que modificó esa ley durante su primer mandato, luego que la CIDH fallara contra el Estado chileno por violación a los derechos humanos. La visita del papa Francisco a las comunidades mapuches el 16 de enero podría moderar el discurso de Piñera.
Reforma constitucional. El mandatario electo ya adelantó que está de acuerdo con “perfeccionar” la actual Carta Magna –otro resabio pinochetista-, luego que Bachelet le anunciara su intención de abrir esa discusión “Estamos dispuestos para tener un debate democrático, ojalá no pensando en la próxima elección, sino que pensando en la próxima generación porque esa es la verdadera misión de una Constitución”, aseguró Piñera."La dureza en Chile no paga, al menos en el plano electoral", agregó Tironi. Ese consenso inicial podría quebrarse al discutir qué aspectos deben ser reformados, teniendo en cuenta que el actual texto no permite la reelección. Si el líder de Chile Vamos quiere ir por un segundo mandato consecutivo, enfrentará la resistencia de la centroizquierda.