AFP
Kuala Lumpur
Más de 100 mil personas debieron abandonar sus casas en Malasia a causa de enormes inundaciones, provocando críticas al primer ministro que, según fotos publicadas con gran destaque en la prensa local, jugaba al golf en Hawai con el presidente estadounidense, Barack Obama, mientras se desarrollaban las operaciones de rescate.
Al menos cinco personas murieron en estas inundaciones, las peores en décadas, y los servicios meteorológicos anunciaron en las últimas horas nuevas lluvias torrenciales en las regiones del sur del país, hasta ahora no afectadas.
El gobierno de este país del sudeste asiático era criticado por no haber declarado el estado de emergencia en las zonas afectadas desde hace semanas. El primer ministro, Najib Razak, lo era particularmente tras la publicación de sus fotos, jugando al golf con Obama en Hawai.
Varios observadores se preguntan por qué Najib no estaba en Malasia para hacer frente a la crisis en lugar de publicar mensajes en su cuenta de Facebook. En uno de ellos, pide a los socorristas mayor esfuerzo para llegar a las zonas siniestradas, para suministrar agua y alimentos a la población.
Ayer, Razak anunció que interrumpía sus vacaciones para ponerse al frente personalmente de las gestiones para enfrentar las consecuencias de las inundaciones.
El primer ministro anunció que se dirigiría directamente al anegado estado de Kelantan para supervisar la respuesta a las inundaciones. Aseguró que durante sus vacaciones estuvo en contacto constante con los responsables de gestión de desastres y asistencia, que estaban haciendo todo lo que podían para ayudar a las víctimas.
Las autoridades evacuaron numerosas localidades en cinco estados de Malasia, que se vieron inundadas tras unas lluvias torrenciales más intensas de lo habitual. Más de 105 mil personas están viviendo en escuelas, centros comunitarios y otros refugios.
El vice primer ministro Muhyidin Yasin declaró al diario New Strait Times que Najib “necesitaba hacer una pausa” y defendió la respuesta de su gobierno a un fenómeno que calificó como las “peores inundaciones en treinta años”.
