Centenares de manifestantes opositores al Gobierno chino intentaron entrar por la fuerza al Parlamento local de Hong Kong antes de una manifestación prevista por el 22º aniversario de la retrocesión en el país. Algunos manifestantes trataron de ingresar al lugar rompiendo cristales con palos o carros de metal. Como respuesta, la policía tiró gases lacrimógenos y realizó un despliegue de antidisturbios dentro del edificio, el cual ha sido el foco de las manifestaciones en las últimas semanas, en rechazo a un proyecto de ley del gobierno para autorizar las extradiciones de detenidos para que sean procesados por la justicia China continental.
Hong Kong fue transferida por el Reino Unido a China en 1997, pero el territorio aún es administrado bajo un acuerdo conocido como "un país, dos sistemas". Así, los habitantes del territorio disfrutan de derechos diferenciados del resto de la población del país, pero muchos sienten que lentamente el gigante asiático va superando el acuerdo.
La reacción de los manifestantes refleja el temor de los habitantes de Hong Kong ante la creciente influencia del gobierno de China de las finanzas en la ciudad con la ayuda de líderes del mundo. A este se sumó el proyecto que hizo enfurecer a los ciudadanos y suscitó una seguidilla de protestas. Debido a la magnitud de la insatisfacción popular, la jefa del gobierno local, Carrie Lam, decidió suspender temporalmente el tratamiento del controvertido texto.
El movimiento, que nació del rechazo al proyecto de ley, fue ganando fuerza hasta denunciar también la acción del gobierno local. Los hongkoneses cuestionan a su propio Ejecutivo al que acusan de haber permitido, o incluso favorecido, que Pekín erosione sus libertades.
Por cada aniversario de la retrocesión, los activistas locales organizan enormes manifestaciones para reclamar sus exigencias democráticas, incluyendo la posibilidad de elegir a un Ejecutivo local por sufragio universal. En ese marco, en la madrugada de este lunes 1 de julio, grupos de jóvenes encapuchados ocuparon y bloquearon las tres principales arterias de Hong Kong con barreras metálicas.
Además de expresar su rechazo al proyecto de extradiciones, los manifestantes también exigen la dimisión de Carrie Lam, así como que las personas detenidas en las protestas de las últimas semanas dejen de ser procesadas.
B.D.N./F.F.
