Tenía 20 años, trabajaba en un hogar de ancianos en Reino Unido y fue violada por un compañero de trabajo. Sin embargo, la tortura no terminó con eso, porque fue manipulada a casarse con su agresor, quien abusó en reiteradas oportunidades. Cinco años después, pudo denunciar a su esposo en un intento de darle una mejor vida a su hija.
En el 2017, Amanda Walker era coordinadora de cuidados en un asilo de ancianos británico, pero todo cambió cuando Mihai Savescu, de 34 años, llegó desde Rumania a trabajar con ella, según informa el portal Daily Mail Online.
Al principio ella fue amable con Mihail, ya que Amanda no contaba con amigos y se encontraba luchando contra una depresión. “Mihai fue encantador conmigo y fue la primera persona que me sacó de mi caparazón”, relató.
La violación
El hombre acompañaba a la mujer todas las noches hasta su casa, pero una tarde de febrero de 2018 detuvo su vehículo frente a un hotel y la obligó a bajar del auto. La llevó hacia una habitación, la desvistió, le sujetó los brazos y la violó.
Al día siguiente, Amanda estaba traumatizada no solo por la violación, sino también porque es Testigo de Jehová y el sexo antes del matrimonio está prohibido, según contó a Daily Mail Online. Mihai, por su parte, actuó como si nada hubiera pasado; luego, le rogó que no lo denunciara porque tenía un hijo pequeño.
Ucrania: denuncian que tropas rusas usan la violencia sexual para "quebrar la moral" de la población
Angustiada, la joven habló con los ancianos de su religión quienes le aconsejaron: “O lo denuncias o te quedas con él”.
Al poco tiempo, Amanda descubrió que estaba embarazada y Savescu la manipuló para casarse, propuesta que la joven aceptó tras ser manipulada por el hombre. Pese a que, en las imágenes, se la puede ver sonriente a la joven, Walker explicó que por dentro se ahogaba en lágrimas. "Me casé con mi violador", afirmó.
La vida después del matrimonio
La misma noche de bodas Mihai violó nuevamente a Amanda, algo que realizó en reiteradas oportunidades. Por esto mismo, la joven intentó huir varias veces, pero él la amenazaba diciendo que se suicidaría si ella no regresaba.
“A medida que mi embarazo avanzaba, el abuso solo empeoró”, recordó la víctima, además de que agregó: “Mihai descubrió que íbamos a tener una niña cuando quería un niño, así que abusó de mí aún más por eso. Me sentí atrapada”.
Sin embargo, Amanda tomó la decisión de denunciar a su violador una vez que la abusó y golpeó mientras su hija lloraba a unos pocos metros. En ese momento, le contó todo a su madre, quien la acompañó a realizar la denuncia contra su esposo.
Así, Mihai fue detenido y condenado a 17 años de prisión por el Tribunal de la Corona de Stoke-on-Trent.
RdC