INTERNACIONAL

México cierra un año signado por la violencia

La guerra del narcotráfico no tiene fin. Solo en Ciudad Juárez hubo más de 3000 asesinatos.

Escena repetida en Ciudad Juárez: policías federales en la escena de un crímen.
| AFP

Con un país acongojado y sumergido en el horror, se siguen sumando y acumulando las muertes en México por la guerra del narcotráfico. Este 2010 marca para Ciudad Juárez, un símbolo de esa violencia irracional, todo un récord. Ya se han superado allí los 3.000 asesinatos en lo que va del año. Se llegó a esa espeluznante marca luego que dos hombres fueran acribillados a balazos ayer en una calle céntrica.

Ciudad Juárez ha visto la progresión, ciertamente. Ha podido contar 1.620 muertes en el 2008, y como se pasó luego a 2.760 de caídos en el 2009, para luego tener ya en el 2010, una violencia que sigue en ascenso. Ya casi son 7.400 las personas asesinadas, en una ciudad que apenas supera el millón de habitantes.

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No solo caen grupos operativos de los carteles que combaten entre sí por territorios y logística, por espacios y cualquier excusa posible. También mueren las fuerzas de choque que están enfrentando a los narcotraficantes y una enorme gran cantidad de civiles, atrapados en decenas de diarias balaceras.

Mientras algunas cifras oficiales ya dicen que México está superando los 30 mil muertos en los últimos cuatro años, desde que se iniciaron los operativos para combatir a la narcoguerrilla, la vida en amplias zonas de ese país está totalmente alterada. Los hábitos y la costumbres ya no son los mismos. Hay ciudades fronterizas con Estados Unidos, como por ejemplo Tijuana, en las cuales ya es rarísimo ver a un turista norteamericano. Sus mercados de artesanías, sus negocios de sombreros o de telares, que tanto interés tuvieran en otra época, hace tiempo han desaparecido.

Un ejemplo interesante es lo que aconteció el último fin de semana. Más de cuatro millones de mexicanos se acercaron, en el Distrito Federal, a la Basílica de Guadalupe. Los feligreses que acudieron para ser bendecidos por la Virgen oraron casi en su totalidad por el cese de la violencia. Algunos testigos han dicho que hace mucho tiempo que no se veía algo tan conmovedor.

"Son momentos difíciles, por lo que he invitado a todos fieles católicos tanto en el Seminario como en la Iglesia de Guadalupe a que le pidamos a Dios nuestro señor, por la intercesión de Santa María de Guadalupe, por nuestra Patria", indicó el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, muy acongojado, a los periodistas locales.

Pero hasta los médicos y enfermeras de Ciudad Juárez tambien paralizaron su actividad el lunes pasado durante 24 horas en protesta por los crímenes de los que ha sido víctima el gremio. La protesta fue decidida tras el asesinato de dos médicos en las últimas semanas, explicaron los profesionales a la agencia AFP. Los médicos son constantes víctimas de grupos armados que llegan a los consultorios de los hospitales amenazándolos con armas de fuego en mano para obligarlos a atender a los heridos de sus bandos.

Pero también el ejército, con la ayuda de agentes norteamericanos, va logrando algunos resultados. Días atrás fue abatido el máximo líder del cartel “La Familia” –Nazario Moreno González- en un operativo que sorprendió al “capo” en una fiesta con otros miembros de su clan. En ese momento llegaron comandos federales y lo abatieron en un duro enfrentamiento que causó 11 muertos, entre ellos cinco policías, tres narcotraficantes y tres civiles.
Pero aunque el presidente Calderón ha presentado el caso como un logro de sus fuerzas, algunos analistas dicen que la caída y muerte de los “capos” finalmente solo logra traer más violencia: “Cada vez que cae un líder narco se inicia una nueva ronda de asesinatos. Internamente hasta los mismos grupos se matan a tiros para ver cual es más fuerte y ser considerado en la sucesión del capo mafioso abatido” afirman los expertos.

Esta guerra parece no tener fin y ha enluta a un país que, como la Argentina, también en 2010 cumple 200 años de historia.

 

* Especial para Perfil.com