El reconocido intelectual francés Alain Touraine murió a los 97 años en París, según confirmó su familia a medios franceses. El especialista en movimientos sociales fue el último testigo de una generación que marcó el pensamiento occidental en el siglo XX y parte del XXI. Con base en la sociología como su área de aproximación al conocimiento, Touraine se especializó en la evolución social de su país tras los cambios ocurridos en la segunda mitad del siglo pasado.
Considerado el padre de la "sociedad postindustrial", su campo de estudio abarcó desde las industrias que levantaron a Francia después de la Segunda Guerra Mundial y los movimientos sociales que le siguieron, hasta la repercusión social de la crisis del modelo liberal en la actualidad.
Además, se convirtió en un orador reconocido no solo en Francia sino del otro lado del Océano Atlántico, considerando que dedicó gran parte de su pensamiento a la acción social en América Latina, en especial en Chile. De sus alocuciones se desprendía su pensamiento "de izquierda" en sentido europeo, es decir, más cercano a la socialdemocracia y de tinte antitotalitario. Esto lo llevó a ser considerado un referente de la "segunda izquierda" francesa.
Los inicios de Alain Touraine
Alain Touraine nació en Hermanville-sur-Mer (noroeste de Francia) el 3 de agosto de 1925 en el seno de una familia acomodada. Desde que era un adolescente se mostró interesado por el mundo obrero, lo que lo llevó a trabajar en una mina por un breve lapso, una experiencia que le sirvió luego para escribir uno de sus primeros estudios acerca de los mineros en Chile.
Licenciado en historia, ejerció como investigador en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) entre 1950 y 1958. En 1956 fue uno de los creadores del Centro de Investigaciones sobre sociología del trabajo de la Universidad de Chile, donde conoció a su esposa, la investigadora chilena Adriana Arenas Pizarro, fallecida en 1990.
Diez años después ocurrió el Mayo francés, las masivas protestas de estudiantes y obreros en Francia que le sirvieron de fuente de inspiración y lo llevaron a ampliar su campo de estudio. De ese año data una de sus obras más reconocidas, "El movimiento de mayo o el comunismo utópico".
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La evolución de su pensamiento
La efervescencia que provocó el Mayo Francés le permitió vaticinar la llegada de la "Sociedad postindustrial", un concepto que también introdujeron otros pensadores como Daniel Bell o John Kenneth Galbraith. Así, Touraine indagó en el estado de desarrollo de una sociedad en crisis por los cambios generados a partir de que el sector de servicios generara más riqueza para la economía que el modelo industrial.
Por otro lado, también estudió otros movimientos sociales como el los movimientos regionalistas en Francia o el feminismo. Su pensamiento en este último caso quedó enmarcado en su popular obra "El Mundo de las mujeres". En su planteo basado en más de 60 entrevistas con diferentes mujeres, Touraine sostiene que desde el feminismo (o "subjetividad") las mujeres están construyendo planteos que son parecidos a los de los movimientos sociales del estilo del Mayo Francés, donde considera que quedó anunciada la "decadencia del mundo masculino".
El vínculo de Touraine con América Latina
Touraine tuvo una extensa trayectoria académica en Chile. En 1973, tras el golpe de estado de Augusto Pinochet, publicó "Vida y muerte del Chile popular", donde dejó un registro histórico sobre los movimientos sociales de la sociedad chilena hasta la dictadura enmarcados en la caída de Unidad Popular, la coalición socialista de Chile que lideró el expresidente Salvador Allende.
"No modifiqué mis juicios después de escribirlos, pero a veces añadí comentarios, siempre fechados, en los que discuto un texto que contemplo a la vez como un testimonio y como un libro en el que prosigo mi reflexión sobre Chile y América Latina, con espíritu de búsqueda, vivificado sucesivamente por la solidaridad, la inquietud y la cólera", dijo respecto a su obra que revisó en varias ocasiones.
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A lo largo de su vida, Alain no dejó de mirar hacia América Latina, a medida que evolucionaba hacia posiciones más liberales. Siguiendo la tradición intelectual francesa, se expresó en público, mediante tribunas o manifiestos, a veces de forma opuesta: así por ejemplo, defendió una reforma del sistema de pensiones del gobierno conservador francés en 1995, y al año siguiente firmó un llamamiento en favor del movimiento armado zapatista en México.
El intelectual fue reconocido en varios momentos. Fue doctor honoris causa de numerosas universidades latinoamericanas: La Paz, Córdoba (Argentina), Valparaíso (Chile), Universidad Pontificia de Perú. También reconocido en Polonia, donde estudió el movimiento sindical anticomunista Solidarnosc. En España en 2010 recibió el Premio Príncipe de Asturias en la categoría Comunicación y Humanidades.
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