La tregua nació muerta en Gaza. En tan sólo dos horas, fracasó la iniciativa humanitaria que apuntaba a darle un respiro a la población civil y detener por tres días las hostilidades. El cese del fuego no fue respetado y nuevos enfrentamientos dejaron al menos sesenta palestinos y dos israelíes muertos. Además, el gobierno de Benjamin Netanyahu denunció el secuestro de un soldado por Hamas, que anoche negó tener en su poder.
Tanto la Casa Blanca como la ONU acusaron a los islamistas por la reanudación de los enfrentamientos. Por su parte, Israel y Hamas se culparon mutuamente del fracaso de la propuesta diplomática, que había sido negociada en Egipto. El conflicto, que comenzó el 8 de julio, se cobró la vida de más de 1.400 palestinos, de 63 militares israelíes y de tres civiles de esa nacionalidad.
El episodio que agudizó aún más la tensión en Gaza fue el secuestro de un uniformado israelí. “Las primeras informaciones sugieren que un soldado de las fuerzas de defensa de Israel ha sido secuestrado”, anunció el vocero del ejército, Peter Lerner. El subteniente Hadar Goldin, de 23 años, habría sido capturado cerca de Rafah, al sur de Gaza. En represalia, disparos de artillería del Ejército israelí asesinaron al menos a cuarenta personas.
El gobierno de Barack Obama acusó ayer a Hamas de una “bárbara” violación del cese del fuego y demandó la liberación “sin condiciones” del militar raptado. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, coincidió con aquella condena y sostuvo que, de confirmarse, constituiría una “grave violación del alto el fuego”. “La ONU no dispone de medios independientes para verificar exactamente lo que pasó. Estos actos cuestionan la credibilidad de las garantías que dio Hamas”, aseveró el funcionario.
Para Fawzi Barhum, vocero palestino en Gaza, “la ocupación de Israel violó el alto el fuego”. En cambio, Netanyahu consideró que el ataque a soldados que destruían un túnel y el posterior secuestro fueron los que frustraron la tregua. Para Israel, la captura de un soldado representa una línea roja. El rapto, en junio de 2006, de Gilad Shalit implicó el lanzamiento de cinco meses de operaciones militares en la Franja de Gaza y constituyó un episodio crítico en las relaciones entre palestinos e israelíes.
“Los combates continuaron porque ninguno de los dos lados siente presión, doméstica o internacional, para parar y están haciendo demandas que la otra parte no puede aceptar”, declaró a PERFIL Alan Elsner, vicepresidente de J Street, una ONG norteamericana pro israelí, que apoya la solución de dos Estados.
La población de Gaza está “al borde del colapso”, advirtió Pierre Krahenbuhl, responsable de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa), que asiste a 230 mil refugiados en 85 albergues. El alto el fuego era clave para ellos, para recibir ayuda humanitaria, comprar alimentos y enterrar a las víctimas fatales.
El fracaso de la tregua y la captura del soldado podrían exacerbar la escalada del conflicto, que convirtió Gaza en un cúmulo de escombros, heridos y muertos.