El presidente estadounidense, Barack Obama, llegó ayer a Ramallah, procedente de Jerusalén, para reunirse con el mandatario palestino, Mahmud Abbas. Su llegada fue precedida por una movilización de un centenar de activistas palestinos que rechazaba su presencia con zapatos en alto en muestras de desaprobación.
La policía palestina debió bloquear la calle que conduce desde la plaza Al Manara hasta el complejo de la Mukata, donde están reunidos Obama y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Los manifestantes, unos trescientos según la agencia palestina Maan, se descalzaron y, zapato en mano, según una costumbre en la región, corearon cánticos en su contra. “Basta de apoyar los crímenes de guerra israelíes”, escuchó Obama. “Estados Unidos-Israel-Gran Bretaña: el triángulo del terror”, también gritaron los palestinos. Otros acusaron a Estados Unidos de “votar a favor de la ocupación” el pasado 29 de noviembre, cuando los palestinos obtuvieron en la ONU el estatus de Estado no miembro, y de no ser “neutrales” en el conflicto. El movimiento islámico Hamas expresó que no espera que la visita del presidente de los Estados Unidos ayude a los palestinos a obtener su “derechos legítimos”, sino únicamente a la “colonización” israelí.
En tanto, en la región de Medio Oriente, Israel y Turquía normalizaron ayer sus relaciones diplomáticas, con la mediación del presidente estadounidense, Barack Obama, después que el premier israelí, Benjamin Netanyahu, se excusara con su par turco, Tayyp Erdogan, por el ataque del ejército de su país contra una flotilla humanitaria.
