El padre del joven estadounidense que fue hallado detrás de la heladera en un supermercado en el que trabajaba, diez años después de haber desaparecido, habló con la prensa y se refirió al hecho: "Sentí que se lo había tragado por completo la tierra", aseguró.
El cuerpo de Larry Murillo-Moncada fue encontrado detrás del refrigerador en un supermercado de la cadena No Frills en Council Bluffs, Iowa, Estados Unidos. Desde hace algunos años el lugar había sido abandonado pero ahora, por una serie de tareas de remodelación, sería reabierto y por ello fue que dieron con los restos del joven de 25 años.
Víctor Murillo, padre de Larry, contó que la noche del 28 de noviembre de 2009 su hijo se fue molesto de su casa luego de haber mantenido una discusión, y aclaró que actuaba de manera irracional probablemente como efecto de una serie de medicamentos que tomaba. Desde ese entonces y al no poder encontrarlo, decidieron hacer la denuncia por desaparición de persona. “Salimos a buscarlo, mi esposa y yo. Otro amigo vino a ayudarme. Nos levantamos temprano y no pudimos encontrar nada. Sentí que la tierra se lo había tragado por completo”, relató en declaraciones a la cadena KTEV.
En ese sentido, el familiar indicó: "Estamos impactados, descubriendo esto después de tantos años, y es angustiante. Nos hace sentir mucho dolor”.
Hallazgo. En enero de 2019, un grupo de trabajadores que retiraban viejos equipos del supermercado en cuestión, encontraron el cadáver e inmediatamente dieron aviso a la Policía. Ante esto, las autoridades comenzaron con una investigación para poder identificar los restos y revisaron registros donde figuran personas desaparecidas. Luego recolectaron muestras de ADN de los padres de la víctima y de este modo, pudieron develar de quien se trataba.
Hipótesis. Los investigadores creen que Murillo-Moncada, al salir de su casa ofuscado, se dirigió hasta el lugar donde trabajaba y se subió a los refrigeradores, algo que era común que hicieran los empleados cuando querían tomarse algún descanso y no ser visto por sus supervisores. Podría haber sido que allí cayó en la brecha entre los refrigeradores y la pared. Cualquier intento de pedir ayuda puede haber sido sofocado por el ruido de los compresores de los refrigeradores.
Lo que les cuesta desentrañar a las autoridades es cómo pudieron pasar inadvertidos los olores que emanaban de sus restos en descomposición. Ante eso, el padre de la víctima concluyó: “Cerraron el edificio, los congeladores ya no funcionaban. Entonces, ¿cómo puede un cuerpo simplemente estar allí?”.
F.D.S./FeL