INTERNACIONAL
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Países del sur de Europa piden una estrategia común ante la migración

Varios países más las autoridades de la UE se dieron cita en la isla de Malta para pedir una solución junta a la emergencia que vive el Mediterráneo central, que presiona sobre todo la isla italiana de Lampedusa y ha provocado roces entre aliados europeos. Giorgia Meloni y Emmanuel Macron, protagonistas de los diálogos en busca de una plataforma común.

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Cumbre en Malta. | AFP

Los dirigentes de nueve países del sur de Europa urgieron ayer en Malta a multiplicar los esfuerzos para enfrentar una nueva ola migratoria y defendieron abordar la cuestión en sus raíces, tanto con los países de origen como de tránsito.

“Recordamos la necesidad de un aumento significativo de los esfuerzos de la Unión Europea en el frente exterior, con un enfoque renovado para reducir eficazmente los desplazamientos iniciales y prevenir las salidas”, manifestaron Italia, Malta, Francia, Croacia, Chipre, España, Grecia, Portugal y Eslovenia en un comunicado conjunto tras la cumbre Med9.

La reunión, que tuvo lugar en la isla mediterránea de Malta, se produjo al día siguiente de que los ministros del Interior de la Unión Europea (UE) prometieran acordar una reforma de su política migratoria.

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Luchar contra la inmigración irregular exige “una respuesta europea sostenida y holística”, defendieron los participantes. 

La llegada de miles de migrantes a la isla italiana de Lampedusa en las últimas semanas exacerbó las tensiones dentro del bloque. La isla, de apenas 20 kilómetros cuadrados, está situada frente al norte de África, más cerca de ese continente que de Europa.

En lo que va del año, el número de llegadas a Italia ha superado las 133 mil, casi el doble que en el mismo período del año anterior, según Roma.

Además, cerca de 11.600 “menores no acompañados” trataron de llegar a ese país entre enero y mediados de septiembre por esa peligrosa ruta, un 60% más que en el mismo período de 2022, informó la agencia de la ONU para la infancia (Unicef).

La travesía, organizada por traficantes de seres humanos en embarcaciones sobrecargadas, está plagada de tragedias. Entre junio y agosto, al menos 990 personas murieron o desaparecieron al intentarla en el Mediterráneo central, frente a 334 en los mismos meses de 2022, de acuerdo con Unicef.

El incesante aflujo crispó las relaciones entre los países que sirven de puerta de entrada a Europa y sus socios. El gobierno de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha chocado con Francia y Alemania en este espinoso tema y presiona a los demás miembros de la UE para que acepten recibir más migrantes.

Meloni se reunió ayer con el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y aseguró tras esos encuentros que había una “voluntad, por lo menos sobre el papel”, para actuar de manera conjunta. Es “algo que tiene que hacerse a nivel europeo para ser realmente eficaz”, insistió.

“Visión compartida”. Von der Leyen presentó a mediados de septiembre un plan de diez puntos para enfrentar la llegada récord de migrantes a Italia, durante una visita a Lampedusa. El plan incluye una posible ampliación de las misiones navales en el Mediterráneo que, según Meloni, deberían llevarse a cabo “de acuerdo con las autoridades norteafricanas”.

Macron y Meloni lograron rebajar las tensiones en los últimos días y tienen ahora una “visión compartida para gestionar la cuestión migratoria”, aseguró una fuente presidencial francesa.

Italia critica además a Alemania por financiar barcos de rescate de ONGs que operan en el Mediterráneo central y desembarcan a los migrantes en puertos italianos. Meloni instó a la UE a incluir una normativa para obligar a los barcos humanitarios que navegan bajo pabellón extranjero a desembarcar a los migrantes en sus propios países, declaró Meloni el viernes.

Pero según los medios italianos, la enmienda fue rechazada el jueves por los ministros del Interior del bloque de 27 países. 

Tanto Meloni como Macron desean también frenar la salida de embarcaciones a través de una colaboración más estrecha con Túnez, pese a las dudas sobre el respeto a los derechos humanos y el trato que ese país reserva a los migrantes.

El mandatario francés insistió en que es fundamental establecer alianzas más fuertes con los países de origen y tránsito, especialmente Túnez y Libia, proporcionando medios financieros y cooperación técnica para luchar “contra el tráfico humano”.

La Comisión Europea (Ejecutivo de la UE) anunció la semana pasada que entregará los primeros fondos a Túnez como parte del acuerdo firmado para frenar la migración irregular desde el país magrebí, uno de los principales puntos de partida hacia Europa.

El acuerdo ya está produciendo “señales muy importantes de colaboración” y es “un modelo” utilizable con otros países del norte de África, afirmó Meloni.