Sin las capacidades económicas, científicas ni tecnológicas de Asia, Europa y Estados Unidos, América Latina lucha con sus propias armas para ralentizar la propagación del coronavirus y el colapso de su economía. Con casi 12.500 casos confirmados según la Universidad John Hopkins, América del Sur apuesta, salvo la excepción de Brasil, a masivas cuarentenas de la población como medio de evitar el colapso del sistema sanitario. De esos países, Paraguay fue uno de los primeros en tomar medidas drásticas de distanciamiento social.
El 11 de marzo el presidente Mario Abdo Benítez ordenó la cuarentena total, una semana antes que Argentina. Además, cerró fronteras a extranjeros y nacionales, prohibió los vuelos y suspendió las clases. Un balance de 65 casos confirmados y tres muertos parece darle la razón. Pero, al igual que Argentina, hay un punto débil en la estrategia del Gobierno: la cantidad de tests que hacen a los casos sospechosos.
En diálogo con PERFIL, Federico González, ministro de Asuntos Internacionales de Paraguay, reveló que hacen 100 análisis de coronavirus por día, pero planean importar reactivos y aumentar los testeos. “El gobierno nacional inició las medidas hace mucho tiempo. Fuimos el primer país que el 31 de enero restringió la emisión de visas a chinos. Fue una medida de prudencia y a partir de ahí tomamos otras más duras”, explicó.
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El anuncio del presidente de extensión de la cuarentena llegó el pasado fin de semana. “Después de escuchar los argumentos de todos los sectores, he decidido mantener el aislamiento total hasta el 12 de abril", escribió “Marito”, como lo llaman sus seguidores, en su cuenta de Twitter. “El presidente tomó esa determinación pensando en salvaguardar la salud de todos los ciudadanos”, asegura González, ex embajador en la Argentina.
Infectólogos paraguayos admitieron que las cifras de casos confirmados serían alrededor del 10% de los infectados, por lo que podría haber más de 600 casos. Con un 30% de la población viviendo bajo la línea de pobreza, una generalización de la pandemia podría colapsar los hospitales.
“Ninguna economía del mundo está preparada para una crisis prolongada. Vemos cifras que los países del norte destinan para evitar el colapso económico y son montos astronómicos para nosotros -sostiene González-. En Paraguay estamos con índices macroeconómicos muy positivos, tomamos medidas, entre ellas reducciones de impuestos y asistencia al sector privado. Pero el efecto sobre la economía nadie puede determinarlo”.
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Entre otras iniciativas, el Gobierno redujo el IVA del 10 al 5% para los bienes de necesidad sanitaria y postergó hasta julio el pago del Impuesto a la Renta Empresarial.
Paraguay, al igual que Argentina, mira con preocupación el brote en Brasil, donde hay 4579 casos confirmados y 159 muertos. El sábado ingresaron a Ciudad del Este 173 paraguayos provenientes de San Pablo.
Soslayando esa tensión, González destaca la comunicación mantenida entre mandatarios de la región en la videoconferencia que mantuvieron los presidentes del Prosur y, luego, los del Mercosur. “Los presidentes transmitieron su preocupación y compartieron sus experiencias para coordinar acciones”, sostiene. Además, destaca la colaboración con el Gobierno de Alberto Fernández: “Estamos juntos tomando medidas. Las fronteras nos unen, no nos separan. Intercambiamos experiencias e información en la cuestión sanitaria”.