En el marco del 50° aniversario del histórico encuentro entre los respectivos predecesores, Pablo VI y Shenouda III, el Papa Francisco y su santidad Tawadros II se reunieron en el Vaticano. El máximo referente de la iglesia católica le ofreció una reliquia de Santa Caterina de la Alejandría, medallas y documentos del pontificado al Papa de Alejandría y jefe de la Iglesia. Ambos referentes de la fe profundizaron sobre el “ecumenismo de la sangre” y la importancia de una declaración conjunta.
La publicación del nuevo ejemplar del L´Osservatore Romano en castellano exhibe el histórico encuentro entre el Papa Francisco y su santidad Tawadros II por el “ecuenismo de la sangre”, recuerda el viaje del Sumo Pontífice a Budapest y anticipa la 109° Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.
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El emblemático encuentro comenzó en la biblioteca privada del Palacio Apostólico Vaticano y concluyó con una común invocación a la paz en la capilla Redemptoris Mater. En alusión a "la sangre de los mártires era semilla de nuevos cristianos", Francisco ya había hecho referencia a los 21 mártires coptos asesinados el 15 de febrero de 2015 en Libia: “Son nuestros santos, santos de todos los cristianos, santos de todas las confesiones y tradiciones cristianas. Que la sangre de los mártires muestre a nuestras Iglesias el camino hacia el día bendito en que podrán comulgar juntas en la misma sangre de Cristo”.
Por la unidad: viaje en Hungría
Durante su viaje apostólico por Budapest, al Papa Francisco le consultaron por la última dictadura militar que atravesó la Argentina y, particularmente, por el padre Ferenc Jálics, quien trabajaba en un barrio popular junto a Orlando Yorio.
“Jálics fue mi padre espiritual y mi confesor durante los primeros dos años de teología. En el barrio en que trabajaba había una célula guerrillera. Pero los dos jesuitas no tenían nada que ver con ellos: eran pastores, no políticos. Pero fueron hechos prisioneros, siendo inocentes”, expresó el Sumo Pontífice.
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Y agregó: “No encontraron nada con qué acusarlos, pero tuvieron que cumplir nueve meses de cárcel, sufriendo amenazas y torturas. Luego fueron liberados, pero estas cosas dejan heridas profundas. Jálics vino a verme inmediatamente, y charlamos. Yo le aconsejé ir a ver a su madre, a Estados Unidos”
El Papa Francisco definió el momento como una situación “demasiado incierta y confusa”. En ese sentido, el mes pasado la Conferencia Episcopal Argentina publicó dos tomos, de los tres previstos, con todos los documentos relacionados con lo que ocurrió entre la Iglesia y los militares.
Luego denunció que “algunos en el gobierno querían ‘cortarme la cabeza’, y sacaron a relucir no tanto este asunto de Jálics, sino que pusieron en duda todo mi modo de actuar durante la dictadura. Entonces, me llamaron a juicio. Me dieron la posibilidad de elegir el lugar en el cual realizar el interrogatorio. Elegí hacerlo en el episcopio. Duró 4 horas y 10 minutos. Uno de los jueces insistía mucho en mi modo de comportarme. Yo siempre respondí con la verdad. Pero, para mí, la única pregunta seria y bien fundada, fue la del abogado que pertenecía al Partido Comunista. Y gracias a esa pregunta las cosas se aclararon. Al final, se comprobó mi inocencia”, concluyó el Papa Francisco.
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El Papa Francisco y los migrantes
En la edición en castellano del L'Osservatore Romano, anticipa la 109a Jornada mundial del migrante. En relación con este tema Bergoglio expresó: “Los flujos migratorios de nuestros días son expresión de un fenómeno complejo y articulado, cuya comprensión exige el análisis atento de todos los aspectos que caracterizan las diversas etapas de la experiencia migratoria, desde la partida hasta la llegada, incluyendo un eventual regreso”.
En la misma línea agregó: “Migrar debería ser siempre una decisión libre; pero, de hecho, en muchísimos casos, hoy tampoco lo es. Conflictos, desastres naturales, o más sencillamente la imposibilidad de vivir una vida digna y próspera en la propia tierra de origen obligan a millones de personas a partir”.
Y concluyó: “. Entre las causas más visibles de las migraciones forzadas contemporáneas se encuentran las persecuciones, las guerras, los fenómenos atmosféricos y la miseria. Los migrantes escapan debido a la pobreza, al miedo, a la desesperación. Para eliminar estas causas y acabar finalmente con las migraciones forzadas es necesario el trabajo común de todos, cada uno de acuerdo con sus propias responsabilidades”.