Estados Unidos y China anunciaron este viernes 13 de diciembre haber alcanzado un acuerdo preliminar que marca una tregua en su guerra comercial que lleva veinte meses y que ha debilitado la economía mundial.
“Los dos países se pusieron de acuerdo en el texto sobre una fase uno de un acuerdo económico y comercial”, dijo en Pekín el viceministro de Comercio, Wang Shouwen, añadiendo que las partes todavía tienen que firmar lo pactado.
El acuerdo evita la aplicación de aranceles por 160 mil millones de dólares a los productos chinos que Donald Trump amenazaba con aplicar desde mañana. El 11 de octubre, Trump ya había anunciado un acuerdo de principio que incluía esencialmente grandes compras de productos agrícolas. No obstante, ese acuerdo jamás fue realmente aprobado por las autoridades chinas.
Este viernes, inmediatamente después del anuncio chino, el presidente norteamericano canceló esos aranceles. “No serán impuestos por el hecho de que llegamos a un acuerdo”, tuitéo.
Buenas noticias. El acuerdo es una buena noticia para Trump. Se anunció casi en el mismo momento en que la Cámara de Representantes sentó las bases para la probable aprobación la próxima semana de un juicio político contra Trump bajo los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
“Es un acuerdo fantástico para todos. ¡Gracias!”, celebró el mandatario, aunque los detalles de lo pactado no se han conocido.
Según Beijing, el acuerdo tendrá nueve capítulos, incluyendo el prefacio, derechos sobre la propiedad intelectual, transferencias de tecnología, productos agrícolas y alimentación, servicios financieros, tipo de cambio y transparencia, expansión comercial y resolución de disputas.
Pese al acuerdo, Trump dijo que se mantendrán los actuales aranceles de 25% a productos chinos importados por 250 mil millones de dólares. Esas tarifas quedan pendientes para una segunda fase del acuerdo junto a aranceles de 7,5% por otras importaciones por 120 mil millones de dólares.
Es un “acuerdo sin precedentes”, dijo el Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), Robert Lighthizer, porque “aporta significativos cambios estructurales y plenamente aplicables que permitirán comenzar a reequilibrar las relaciones comerciales sino-estadounidenses”.
En 2018 el déficit estadounidense en comercio de bienes chinos era de 419.500 millones de dólares. Tras los aranceles aplicados cayó 14,7% entre enero y octubre de 2019, según datos del departamento de Comercio de Estados Unidos.
Trump desató una ola de aranceles contra productos chinos para forzar a Beijing a terminar con prácticas comerciales que considera desleales y perjudiciales para Estados Unidos.