INTERNACIONAL
pese a sus “profundas diferencias”

Putin y Merkel dicen que hay que iniciar un diálogo con los talibanes

La canciller alemana, que se retira en las próximas semanas, pidió en vano al líder ruso la liberación del opositor Alexéi Navalny.

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Flores. Él habla alemán, ella ruso. Una compleja relación. | afp

En su última visita como canciller alemana a Moscú, Angela Merkel coincidió ayer con el presidente Vladimir Putin en la necesidad de dialogar con los talibanes que tomaron el poder en Afganistán, pero recibió del líder ruso una tajante negativa a su pedido de que el opositor Alexei Navalny sea liberado.

Tanto para Merkel como para Putin deberá haber  un proceso de diálogo con los talibán en los próximos días y semanas para garantizar la protección de la población tras la conquista insurgente de la capital, Kabul, y así lo hicieron saber en la conferencia de prensa conjunta tras su encuentro.

“Los talibán han controlado el país y hay que basarnos en esta realidad”, dijo el presidente ruso, una opinión con la que ha coincidido la canciller alemana, para quien que “los talibán han recibido más respaldo del que nos habría gustado. Vamos a tener que dialogar con ellos”.

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Pero ahí terminaron las coincidencias. Durante la conferencia, Merkel reveló que “una vez más, le pedí al presidente ruso la liberación de Navalny”, al cumplirse el primer aniversario de lo que el líder opositor calificó como un intento de envenamiento de parte del Kremlin, que lo niega. 

Tras sufrir ese envenenamiento, Navalny pudo salvar su vida en Alemania, pero en enero regresó a Rusia, donde fue encarcelado.

Junto a Merkel, Putin rechazó el pedido y aseguró que el opositor no está detenido “por sus actividades políticas”, sino por “una infracción criminal con socios extranjeros”. 

“Pido que las decisiones judiciales de la Federación Rusa sean tratadas con respeto”, agregó el presidente, que gobierna desde el 2000 y para quien “la lucha contra la corrupción no debería usarse para lograr fines políticos”.

Las autoridades se emplearon en los últimos meses en desmantelar toda la red de Navalni antes de las elecciones legislativas de septiembre, poniendo incluso a sus aliados en libertad vigilada. La petición de Merkel se suma a la del presidente francés, Emmanuel Macron, que el jueves durante una conversación telefónica urgió a Putin a liberar a Navalni.

El Reino Unido anunció además ayer sanciones contra siete agentes de seguridad rusos por su presunto papel en el envenenamiento.

El opositor, en una prisión a 100 kilómetros al este de Moscú, aprovechó la visita para lanzar un mensaje en redes sociales para agradecer a todos aquellos que le salvaron la vida. “Tengo una segunda oportunidad de vivir y de tomar todas las decisiones que estimo justas y honestas”, afirmó.

Compleja relación. La discusión entre Merkel y Putin, cuestiones como Ucrania, se anunciaba difícil por las “diferencias profundas” entre ambos, como admitió la canciller alemana al llegar a Moscú. 

Durante sus 16 años de mandato, la jefa del gobierno alemán ha mantenido una ininterrumpida relación compleja y ambivalente con el mandatario ruso, ambos veteranos de la escena internacional. 

Merkel, rusófona crecida en la RDA, y Putin, que habla alemán por sus años de servicio en el KGB en Alemania del Este, siempre han reivindicado una verdadera relación de trabajo a pesar de sus diferencias.

Desde 2005, han discutido duramente o con ironía, sobre temas como Siria,  Ucrania, Bielorrusia, los ciberataques atribuidos por Berlín a Moscú o el envenenamiento de Navalny.

Sobre Ucrania, Merkel aconsejó “mantener con vida las negociaciones de paz y que no acaben en un callejón sin salida”, pese a que “los avances no son tan rápidos” como esperaban.

“No hay ningún otro instrumento para lograr la paz”, abundó Putin, que acusa a Ucrania de sabotear las conversaciones. 

Kiev acusa a Moscú, que anexionó en 2014 la otrora península ucraniana de Crimea, de desviar las negociaciones con su apoyo militar, no reconocido pero evidente, a los separatistas prorrusos en el este del país.