AFP/ANSA. Amsterdam
El alcalde de la localidad holandesa donde vive María, una de las dos hijas de Vladimir Putin, provocó un pequeño escándalo al sugerir que la joven fuera deportada del país al ser consultado sobre qué debería hacer Holanda frente a Rusia, acusada de apoyar a los rebeldes que habrían derribado el avión de Malaysia Airlines en el que viajaban 193 holandeses. “Podríamos deportar a la hija de Putin de Holanda. Entonces enviaríamos una señal completamente distinta”, dijo Pieter Broertjes, alcalde de Voorschoten, a 25 kilómetros de Amsterdam, de donde había partido el vuelo derribado sobre Donetsk el jueves 17 de julio. Sin embargo, poco después, el jefe comunal se arrepintió: “La declaración sobre la hija de Putin no fue prudente”, tuiteó. “Esto surgió de un sentimiento de impotencia que mucha gente va a reconocer”, agregó. Maria Putin está de novia con un holandés que trabaja para Gazprom, el gigante energético ruso.