INTERNACIONAL
Un conflicto que no cede

Rusia admitió que bombardeó Kiev durante la visita de Guterres

Moscú sostuvo que fue con misiles “de alta precisión” contra una fábrica de armas, pero alcanzó edificios residenciales y mató a una periodista.

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Escombros. El secretario general de la ONU en una de sus visitas a zonas destruidas por las tropas rusas. Edificios de viviendas fueron alcanzados por los misiles Artyom que el Kremlin dijo haber lanzado. | europapress

Rusia confirmó ayer haber bombardeado el jueves Kiev con armas de “alta precisión”, durante la visita a la capital ucraniana del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

En ese ataque murió la productora y periodista Vera Gyrych, de la emisora financiada por Estados Unidos Radio Free Europe/Radio Liberty, después de que su vivienda recibiera el impacto de un misil. 

El ministerio ruso de Defensa indicó que lanzó un ataque aéreo de “alta precisión de largo alcance” contra los talleres de la empresa espacial y de fabricación de misiles Artyom.

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El primer bombardeo de la capital desde mediados de abril se produjo después de que Guterres visitara Bucha, donde decenas de cadáveres aparecieron a inicios de mes tras el repliegue de las tropas rusas, y otras ciudades en la periferia de Kiev.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció el ataque como un intento de “humillar a la ONU”. 

Crímenes de guerra. El secretario general de la ONU condenó el ataque a Kiev y pidió a Moscú “cooperar” con la Corte Penal Internacional a fin de “establecer las responsabilidades” sobre los presuntos crímenes cometidos contra civiles en Bucha.

La fiscal general de Ucrania, Irina Venediktova, dijo que se han identificado “más de 8 mil casos” de presuntos crímenes de guerra. Además señaló que hay una investigación en marcha contra diez soldados rusos sospechosos de cometer atrocidades en Bucha, donde decenas de cadáveres vestidos de civil fueron encontrados tras el retiro de las tropas de Moscú.

Los hechos investigados, según Venediktova, incluyen “asesinatos de civiles, bombardeos de infraestructuras civiles, torturas”, así como “crímenes sexuales” denunciados “en el territorio ocupado de Ucrania”.

Horas antes del bombardeo en Kiev, el presidente estadounidense Joe Biden solicitó al Congreso 33 mil millones de dólares de ayuda adicional para respaldar a Ucrania frente a “las atrocidades y agresiones” rusas. “El costo de esta pelea no es barato. Pero ceder ante la agresión va a ser más costoso si permitimos que suceda”, alegó.

Biden afirmó que Estados Unidos enviará diez armas antitanque por cada blindado ruso, pero el comandante de la Fuerza Aérea de Ucrania, Mikola Olechchuk, indicó que el sistema antiaéreo del país es incapaz de alcanzar a los bombarderos a una altitud elevada. “Necesitamos sistemas antiaéreos de medio y de largo alcance” y “cazas modernos”, afirmó el militar. 

Washington también criticó la invitación formulada a Vladimir Putin por Indonesia, país organizador de la próxima cumbre del G20, para que asista a la reunión del grupo de potenciales industriales junto al ucraniano Volodimir Zelenski, que se realizará en la isla de Bali. 

“No se puede hacer como si nada ocurriera respecto de la participación de Rusia en el seno de la comunidad internacional y de las instituciones internacionales”, dijo la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Jalina Porter.

El presidente indonesio, Joko Widodo, informó que invitó tanto a Putin, que ya confirmó su participación, como a Zelenski.

Bombardeo en Mariupol. Rusia no consiguió tomar Kiev tras invadir Ucrania el 24 de febrero, pero concentró luego sus tropas en el este y el sur del país, en particular en torno al puerto de Mariupol, sin dejar de bombardear con misiles de largo alcance zonas del oeste y el centro. 

Las autoridades intentan evacuar a los civiles de Mariupol, atrapados en la gigantesca planta siderúrgica de Azovstal, donde se concentran los últimos núcleos de resistencia. El batallón ucraniano Azov indicó en Telegram que un hospital militar de campaña ubicado en ese complejo industrial fue bombardeado. La sala de operaciones se hundió y los soldados que estaban siendo tratados murieron o quedaron heridos, añadió el informe, sin dar un balance de víctimas.

El gobierno ucraniano admitió que las fuerzas rusas han capturado varias localidades en la región del Donbás, en el este. Las fuerzas ucranianas, armadas por las potencias occidentales, también reivindicaron algunas victorias en la línea del frente.

Un alto funcionario del Pentágono, que habló bajo anonimato, indicó que la ofensiva rusa avanza lentamente, con “varios días de retraso” respecto del plan previsto. “Están lejos de haber hecho la conexión” entre las tropas que ingresaron por la zona de Járkov, al norte de esa región, y las que vienen del sur del país, afirmó.

En la región de Járkov, los ucranianos afirmaron haber recuperado Ruska Lozova, un pueblo “importante para la estrategia” rusa. 

Hasta ahora, el conflicto ha obligado a 5,4 millones de ucranianos a dejar su país y más de 7,7 millones son desplazados internos, según una estimación de la ONU.