El jefe del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez, y el presidente regional de Cataluña, el independentista Quim Torra, hablaron ayer por teléfono por primera vez y acordaron mantener una reunión “muy pronto”, en un primer paso para abordar la crisis política con esa comunidad autónoma. La reunión, que tendría lugar antes de fin de mes, apuntaría a abrir un canal de diálogo entre Madrid y los independentistas, pero no incluirá una negociación sobre la celebración de un referéndum. El presidente, que llegó al poder el viernes pasado tras una moción de censura a Mariano Rajoy, también acordó levantar la intervención financiera a Cataluña.
En un gesto para la “normalización” de las relaciones entre el Estado central y el regional, la vocera Isabel Celaá anunció que la Generalitat no requerirá autorización del Ministerio de Hacienda para pagar a sus proveedores. “Hemos determinado que se dé instrucciones a los bancos para que el gobierno de Cataluña pueda abordar los pagos que le corresponden sin necesidad de pasar por la supervisión de Hacienda del gobierno de España”, anunció en conferencia de prensa tras la primera reunión de Sánchez y sus ministros. A partir de ahora, la Generalitat solo deberá enviar un informe mensual de sus gastos a Madrid.
Límites. Pero el Palacio de la Moncloa también marcó sus líneas rojas en el futuro diálogo con Torra. Según Celaá, el referéndum de autodeterminación que reclaman los independentistas está “absolutamente fuera” de la agenda de negociación. “Vamos con la Constitución en una mano y el diálogo en otra”, afirmó.
Tras una reunión con Torra, Miquel Iceta, líder del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), aseguró que el diálogo solo será “provechoso” si las dos partes se aceptan como interlocutores válidos y se inscribe en el marco de la legalidad. “En política se puede cometer errores, pero conviene no repetirlos. La unilateralidad quedó descartada en la anterior legislatura por el coste que ha tenido y su nulo rendimiento. Fue un gran error”, aseveró.
En la Generalitat, en cambio, piensan distinto. Torra, el sucesor de Carles Puigdemont, expresó la necesidad de “rebajar la crispación” y ofreció un diálogo “sin condicionantes ni límites”. Elsa Artadi, vocera del Govern, declaró que están a la espera de conocer la “oferta” que tiene Sánchez para Cataluña, al tiempo que avisó que “en ningún caso” suprimirán de su agenda el derecho a la autodeterminación.
Incertidumbre. En una entrevista con TV3, la televisión pública catalana, Torra dijo que no esperaba gestos de Sánchez “sino soluciones”. “Necesito saber qué presidente encontraré, el que votó el artículo 155 (que suspendió durante siete meses la autonomía catalana) o el que abrió algunas puertas en su discurso de investidura”, afirmó el líder independentista.
Sánchez tiene previsto reunirse con los presidentes de las 17 regiones autonómicas españolas, pero su desafío más grande estará marcado por el encuentro con Torra. Con decenas de sus líderes en prisión o en el extranjero –entre ellos Carles Puigdemont, que espera que la Justicia alemana decida si lo extradita a España–, los independentistas no ceden en su objetivo de “constituir un Estado independiente en forma de república”.
Sin embargo, la llamada telefónica de Sánchez puso fin a años de inmovilismo propiciados durante la gestión de Rajoy. El presidente español apoyó la aplicación del artículo 155 tras la declaración unilateral de independencia, pero está dispuesto a “tender puentes de diálogo” para abordar un problema “político”.
Gabinete. Sánchez celebró ayer su primer Consejo de Ministros, con quienes se tomó una foto de familia frente a la Moncloa. “Hemos recogido el guante, el feminismo está en la agenda”, afirmó Celaá, al subrayar que se trató de un “Consejo de Ministras y Ministros”. El mandatario pidió a sus colaboradores trabajar “con la urgencia debida y la prudencia exigible”. Su mandato concluirá en junio de 2020.
Nueva directora en ‘El País’
La periodista Soledad Gallego-Díaz se convirtió ayer en la primera mujer en dirigir El País, el diario más leído de España, justo después de la formación de un gobierno socialista y feminista. La designación de la directora fue oficializada por el consejo de administración después de recibir el respaldo del 97,2% de los casi 300 periodistas de la redacción.
En su discurso de presentación agradeció el apoyo brindado para emprender una “tarea de equipo” que debe tener siempre presentes a los lectores. “Saben qué nos pueden pedir y qué no, y lo que nos piden fundamentalmente es que no faltemos a la verdad, por eso en esta redacción solo se pide obediencia al Libro de estilo”, aseveró.
Gallego-Díaz ingresó a El País poco después de su fundación. Fue corresponsal en Bruselas, Londres, París, Nueva York y Buenos Aires.
“Los ciudadanos se fían de esta redacción y tenemos que dar muestras a diario de que merecemos esta confianza”, agregó ayer en el acto de asunción.
Gallego-Díaz sucederá a Antonio Caño en la dirección y tendrá la difícil tarea de regresar el diario a las fuentes, tras despidos y una pérdida de identidad editorial.
