Sri Lanka decretó el estado de emergencia y seguía buscando a los responsables de la ola de atentados suicidas que causaron 310 muertos y 500 heridos la víspera, un baño de sangre atribuido a un movimiento islamista local y cuya investigación intenta determinar posibles conexiones internacionales. Aunque los ataques aún no fueron reivindicados, la presidencia decretó el estado de emergencia a partir del lunes 22 de abril en aras de la "seguridad pública", informó AFP.
Una nueva explosión se produjo este lunes 22 de abril en un furgón cerca de una iglesia en Colombo, la capital, mientras los expertos en explosivos desactivaban la bomba. Si bien no hubo heridos, sí hubo pánico entre la gente en las cercanías y en un video publicado por periodistas presentes en el lugar se ve personas que escapan y huyen aterrorizadas por la nueva explosión. La policía halló en total 87 detonadores cerca de la principal estación de autobús de Colombo.
El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, decidió declarar el estado de emergencia nacional y pidió ayuda a la comunidad internacional para capturar a quienes desde el exterior dieron apoyo al grupo local National Thowheeth Jamath para organizar los ataques. El subsecretario de Gobierno, Rajitha Senaratne, aseguró estar convencido de que los ataques no pueden haber sido realizados solo por un grupo en el país. "Hay una red internacional sin la cual estos ataques no se hubieran logrado", afirmó.
Sri Lanka acusa a un movimiento islámico local de los atentados del domingo de Pascua
De todos modos detrás de los ataques también hay un grupo yihadista local, anunció el gobierno, precisando que se trata del National Thowheed Jamath. El gobierno también admitió grandes fallas de inteligencia, ordenó una investigación y estableció un nuevo toque de queda. Los autores de los atentados de Pascua eran siete terroristas suicidas, dijo un funcionario gubernamental, Ariyananda Welianga, agregando que gran parte de los ocho atentados fueron cometidos por una persona cada uno, mientras al menos otro ataque -en el hotel Shangri-La de Colombo- los agresores fueron al menos dos.
Tres de los cuatro hijos del empresario danés dueño del grupo de venta de vestimenta online Asos fueron parte de los 290 muertos en los atentados. En los días antes del ataque Alma, una de las hijas del millonario Anders Holch Povlsen, había publicado en Instagram una foto de sus hermanos en la piscina de un hotel en Sri Lanka. Al menos 36 extranjeros, entre ellos indios, portugueses, turcos, británicos, australianos, japoneses, estadounidenses, daneses y un francés, figuran entre los muertos. Otros 14 siguen desaparecidos y podrían estar entre las víctimas no identificadas en la morgue.
Los atentados, atribuidos por las autoridades a un movimiento islamista local, apuntaron a cuatro hoteles y tres iglesias durante la misa de Pascua, sumiendo en el duelo a la minoría cristiana, que representa solo el 7% de los 21 millones de habitantes de esta isla predominantemente budista (70%). El país cuenta además con un 12% de hindúes y un 10% de musulmánes. Los ataques despertaron el recuerdo del período negro de la guerra civil, que acabó hace justo 10 años. Los cristianos en general no eran blanco de la violencia en el país, principalmente porque las tensiones se daban entre budistas y musulmanes.
Los ataques despertaron el recuerdo del período negro de la guerra civil, que acabó hace justo 10 años.
En el Aeropuerto Internacional de Colombo, los viajeros nerviosos y agotados esperaban este lunes en la fila, mientras los soldados fuertemente armados vigilaban la entrada principal y varios accesos. El objetivo de los turistas es salir lo más rápido posible de Sri Lanka. Martin Ewest, un profesor alemán de 44 años, llegó a la isla hace unos días para pasar unas vacaciones relajadas con su esposa y su hija de 12 años. Desde los ataques, "queremos irnos lo antes posible", dijo.
Lamentó que la embajada no ofrece ayuda porque están de vacaciones, la aerolínea dice que no puede hacer nada y el hotel tampoco ayuda. "Es una situación difícil, somos objetivos fáciles, hasta que podamos irnos la próxima semana". Un paquistaní de 33 años había llegado con la idea de viajar por el país "pero ahora tenemos miedo". "Solo queremos irnos, estas son unas vacaciones arruinadas", indicó. En los hoteles se percibe la ansiedad de los huéspedes, sobre todo en los hoteles frente al mar en Colombo, donde están la mayoría de los 5 estrellas y que el lunes estaban bajo estrechas medidas de seguridad.
D.S.