Un grupo de congresistas de Bolivia se enfrentó a los golpes este martes en el marco de una sesión pública del Parlamento, durante la presentación del informe de un ministro del presidente Luis Arce. La discusión entre oficialistas y opositores excedió los límites verbales y se convirtió en una violenta refriega que incluyó un intercambio de patadas, puños, tirones de pelo, empujones, denuncias e insultos.
El ministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo, fue convocado por el Parlamento para dar un informe sobre el encarcelamiento a fines de diciembre pasado del gobernador de la región de Santa Cruz (este), Luis Fernando Camacho, principal referente de la oposición en el país vecino.
Mientras defendía la legalidad de la detención, Del Castillo criticó a los parlamentarios de Creemos, el partido fundado por Luis Fernando Camacho, y los calificó de "grupos radicales, ladrones, violentos que vinieron a robar la billetera del pueblo boliviano".
En medio de la intervención del ministro, un grupo de parlamentarias opositoras exhibió pancartas con mensajes como "con presos políticos no hay democracia", así como la foto del funcionario Del Castillo y la leyenda "ministro del terror".
En respuesta, un grupo de diputadas oficialistas se abalanzó sobre las opositoras para quitarles los carteles en medio de empujones, tal como se puede preciar en los videos que circularon en las redes sociales y en la prensa local.
La oposición acusó a Del Castillo por haber instalado un clima "de beligerancia"
La golpiza se extendió por varios minutos durante los cuales hubo trompadas, cachetazos y tirones de pelo. De todas maneras, no se habrían registrado heridos "de consideración" tras el incidente.
El informe se suspendió por unos minutos y María René Álvarez, diputada de Creemos, culpó al ministro Del Castillo por haber promovido un clima de beligerancia.
El vicepresidente del Estado y presidente del Congreso, David Choquehuanca, anunció que convocará a los bloques políticos para evitar que se repitan estos incidentes.
"Mañana [este miércoles] formalizamos esta propuesta de reunión", apuntó.
El incidente marca un nuevo episodio de polarización en el país andino, donde la oposición asegura que en Bolivia habría un total de 180 presos políticos, acusados por el gobierno actual de apoyar un presunto golpe de estado contra el expresidente Evo Morales en 2019 y de haber apoyado a su sucesora, Jeanine Áñez, también presa.
CA/ED