“Marina Silva siempre dice: ‘No tenemos la verdad. La verdad está entre nosotros’”, confió ayer Diego Brandy, el argentino que sueña con convertirla en la nueva presidenta de Brasil. El sociólogo coordina la comunicación de la campaña de la ecologista, que pelea el primer lugar en las encuestas con la mandataria Dilma Rousseff. En diálogo con PERFIL, sostuvo que la Tercera Vía se profundizó desde las elecciones de 2010, cuando Silva conquistó 20 millones de votos. “El Partido de los Trabajadores (PT) no ofrece mucho para adelante. Nosotros, en cambio, tenemos discurso, que es lo más importante”, afirmó en su paso fugaz por Buenos Aires.
Brandy, de 50 años, vive en el país vecino desde 2002, pero viaja constantemente, ya que su familia reside en la Argentina. Llegó al gigante sudamericano de la mano de Duda Mendonça –publicista de Rousseff– y João Santana –estratega de Lula–, a quienes conoció en 1998, cuando asesoraron a José Manuel de la Sota en su primera postulación a la gobernación de Córdoba. En la Argentina, fue encuestador de Julio Aurelio y trabajó en las campañas presidenciales de Carlos Menem y Eduardo Duhalde, en 1999. Siete años después, se erigió en el principal asesor de Eduardo Campos, el ex candidato fallecido recientemente en un trágico accidente aéreo.
El diario O Globo lo describió como gurú del extinto líder del Partido Socialista de Brasil (PSB), quien lo consideraba como un consejero indispensable. Tras llevarlo a la gobernación de Pernambuco, fue definido por el sitio Correio Braziliense como “la garantía argentina de Campos”. Ahora, aspira a hacer lo mismo con Silva, pero tiene un destino más ambicioso: el Palacio del Planalto. “Dos días después del entierro, ella me pidió que continuara en la campaña”, cuenta el director de Cipec, el centro de investigación y comunicación que dirige en Recife, estado de Pernambuco.
Brandy niega que haya un “huracán Marina”, como caracterizó la prensa brasileña. Según el consultor argentino, la candidata siempre tuvo una alta intención de voto, evidenciada por los sondeos en los que se medía el desempeño electoral de la fórmula Campos-Silva. “La gente rechaza el presidencialismo de coalición, el sistema llamado “troca troca”. En un eventual gobierno, haremos acuerdos con otros partidos, pero serán políticos y programáticos, no comerciales”, asegura.
El argentino cree que, en una eventual segunda vuelta, el escenario de su candidata estará más equiparado con el del oficialismo. Debido a la gran coalición de partidos que la respaldan, Rousseff tiene doce minutos de publicidad televisiva, mientras que Silva sólo cuenta con dos minutos y medio por cada tanda. Brandy no cree en el marketing político y sostiene que ser extranjero le da “más facilidad para innovar”, en un país convencido de que la historia política se repite cíclicamente.