Los servicios sociales británicos permitieron hoy que la madre de un niño obeso mantenga su custodia, a pesar de la fuerte polémica que provocó el caso en Inglaterra.
La decisión fue adoptada en una reunión de varias horas, a la que asistieron la madre del menor, psicólogos y pediatras, y en la que se estudió la posibilidad de que los servicios sociales se hicieran cargo del niño, ante una presunta negligencia materna en cuestiones de alimentación.
Connor McCreaddie tiene 8 años y pesa 89 kilos. Su madre dice que sólo le gusta comer "comida chatarra" y asegura que ella trata de incluir verdura y frutas en su dieta, pero "Connor se niega a comerlas o las escupe", reveló.
Sus problemas de peso le acarrean también problemas psicológicos. Tiene dificultades para vestirse e higienizarse, falta mucho al colegio, donde es objeto de burlas por parte de sus compañeros.
La familia de Connor vive en Wallsend, al noreste de Inglaterra. Antes de Navidad, llegó a pesar casi cien kilos, pero adelgazó varios kilos tras comenzar a hacer ejercicio y variar los hábitos de su dieta.