Desde Washington, Estados Unidos — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, regresó este martes de manera anticipada a Washington tras abandonar la cumbre del G7 en Canadá, en medio de la escalada bélica entre Israel e Irán. En su quinto día consecutivo, el conflicto ha dejado cientos de muertos y heridos, y ha desatado presiones crecientes sobre la Casa Blanca para definir si Estados Unidos tomará un rol más activo.
A bordo del Air Force One, Trump aseguró que trabaja en una solución “mejor que un alto el fuego”. “Un final real, no un alto el fuego”, dijo a los periodistas. El mandatario reiteró su exigencia de que Irán abandone todo intento de desarrollar armas nucleares. “No estoy demasiado de humor para negociar”, añadió.
La ofensiva, considerada ya el enfrentamiento más intenso entre ambas naciones, continuó el martes con la muerte de otro alto mando militar iraní. Israel informó haber abatido al general Ali Shadmani, recientemente nombrado como comandante máximo de las fuerzas iraníes tras la muerte de su predecesor, el teniente general Gholamali Rashid, asesinado el viernes en el inicio de las hostilidades. De acuerdo a fuentes militares israelíes, al menos 11 generales iraníes han muerto desde el inicio del conflicto.
Mientras tanto, Irán lanzó un nuevo ataque con misiles que alcanzó un edificio en las cercanías de Tel Aviv, según informaron medios locales. Las cifras de víctimas continúan en ascenso: el Ministerio de Salud iraní reportó al menos 224 muertos y más de 1.400 heridos por los ataques israelíes. Del lado israelí, el gobierno informó 24 muertos y alrededor de 600 heridos.
En paralelo a la ofensiva militar, funcionarios israelíes han intensificado sus pedidos para que Estados Unidos participe directamente en la campaña contra el programa nuclear iraní, al que Israel considera una amenaza existencial. Si bien las fuerzas israelíes han logrado dañar varias instalaciones nucleares, reconocen que solo EE.UU. tiene la capacidad técnica para atacar con efectividad Fordo, la planta subterránea más fortificada de Irán.
Trump, por el momento, evita confirmar si EE.UU. se involucrará militarmente. Aunque ha mantenido una postura firme contra la proliferación nuclear iraní, también ha reiterado su oposición a nuevas guerras en el extranjero. “No podemos permitir que Irán tenga armas nucleares”, repitió, sin especificar una estrategia militar concreta.
Desde Teherán, el canciller iraní Abbas Araghchi se mostró abierto a retomar negociaciones sobre el programa nuclear. Según una fuente oficial estadounidense que pidió anonimato, Trump ha instruido a su enviado para Medio Oriente, Steve Witkoff, y al vicepresidente JD Vance a explorar la posibilidad de reunirse esta semana con representantes iraníes.
En Canadá, donde aún continúa la cumbre del G7 sin Trump, los líderes de las principales potencias emitieron un comunicado conjunto el lunes por la noche llamando a la “desescalada urgente” en Medio Oriente. El texto respaldó el derecho de Israel a defenderse, criticó las acciones de Irán y subrayó la necesidad de proteger a la población civil. Trump se había negado a firmar un borrador anterior del documento.
Con el conflicto aún lejos de una resolución y las posiciones endurecidas, el rol que decida asumir Washington —ya sea como actor diplomático o como potencia militar— será determinante para el futuro inmediato de la región.
LT