INTERNACIONAL
Festival de Cine

Venecia, más allá del glamour y la pantalla

Tras el cierre de uno de los más tradicionales eventos del cine mundial, este año en una edición muy especial, una reflexión sobre una ciudad acostumbrada a luchar contra la peste.

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La tradicional regata, símbolo de la residencia de una ciudad mágica. | Cedoc

La Mostra 2020, más allá de los comentarios sobre el glamour y los films, la alfombra roja, los chismes sobre eventuales romances, esos pettegolezzi, como los llaman en Italia, que forman parte del mundo del espectáculo, deja un mensaje de resistencia que retoma la historia de una ciudad marcada desde hace siglos por la peste.

Mágica y sufrida, Venecia ha demostrado en su 77mo. Festival Internacional de Cine que es posible convivir con una epidemia sin bajar el telón, redimensionando expectativas pero apostando a la cultura.

Un mensaje claro en este sentido fue la histórica regata de la ciudad de los canales, cita de remeros al modo tradicional que se disputó el domingo pasado enmarcada por un atardecer de maravillosos colores, sereno, sin estridencias.

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Antes de la carrera se realizó un desfile de decenas de coloridas embarcaciones características del siglo XVI conducidas por gondoleros con trajes de época que transportaban autoridades locales.

El cortejo presentó la recién restarurada “Bissona Serenissima”, barca insignia de 20 metros de largo, lugar para 18 remeros y esculturas y adornos en madera, entre ellos cabezas de leones, caballitos de mar, un Neptuno sentado y dos cuernos de la abundancia. Una joya.

Además de arte y deporte, Venecia tiene una tradición de resistencia que palpita en el lazzaretto instalado hace siglos durante la peste. No solo, la conocida máscara de la larga nariz que se luce en el Carnaval, es en verdad el tapa boca que se usaba en la temible peste negra.  Para protegerse de la epidemia los médicos usaban una larga túnica negra que les llegaba hasta los tobillos, guantes, un sombrero de ala ancha y un barbijo de cuero con forma de pico dentro del cual se colocaban hierbas aromáticas y paja a modo de filtro de los agentes patógenos.  Corría el siglo XVII y Venecia se defendía de la enfermedad.

Así como los médicos simbolizan la entrega individual para salvar a otras personas, existe un “Fuoco Sacro” que moviliza a los bomberos a arriesgarse en una labor solidaria. Con fuertes vivencias personales y lenguaje poético, esta semana fue presentado fuera de concurso el documental “Fuego Sagrado”, del joven director Antonio Castaldo, que ha recorrido Italia desde su Nápoles natal hasta Venecia desempeñándose como miembro del cuerpo de bomberos. Fue en esa tarea que nació hace años, precisamente en el Festival de Cine, su otra vocación, la de cineasta. Estudió y se graduó hace ocho años en la Universidad de Siena y ahora,  instalado en Roma, con emoción y orgullo escribió y llevó a cabo este documental.

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“La historia de los bomberos se vincula profundamente con la dura historia del país, con las dificultades y los riesgos que Italia ha padecido y padece y que marcan la memoria colectiva”, explica Castaldo.

Sus trabajos precedentes, entre ellos “Around Europa” y “Metti, una sera a cena con Peppino”, muy bien recibidos por la crítica, se diferencian de “Fuoco Sacro” por el plus emotivo que este último expresa y que se resume, según comenta, en un interrogante: “¿Qué mueve a hombres y mujeres a arriesgar la vida para salvar la de otros?”. Pregunta por demás actual durante la pandemia del Coronavirus, que sigue provocando víctimas en Europa y a nivel mundial.

Asimismo, el cortometraje “I bambini di Vo’” (los chicos de Vo’), presentado al margen del Festival, reúne los testimonios de seis niños de entre 6 y 12 años que enfrentaron en primera persona la emergencia del Coronavirus en el primer foco de la epidemia en el Veneto, la localidad de Vo’ Euganeo.

El pueblo estuvo aislado varias semanas y los protagonistas cuentan cómo vivieron esos dramáticos momentos. El corto finaliza con los deseos de los chicos, que esperan volver a la escuela en lunes próximo. Una reapertura del ciclo escolar cargada de polémicas y esperanzas, que en Vo’ se realizará con la presencia del presidente de la República, Sergio Mattarella.

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El 77mo. Festival de Cine finalizó hoy con la ceremonia a cargo de la madrina de la Muestra, Anna Foglietta, y el film de cierre “Lasciami Andare”, un thriller psicológico de Stefano Mordini. Hubo una red carpet, un muro para poner distancia entre el público y las estrellas, moda prevalentemente en negro y dos figuras de indiscutible espesor, Pedro Almodóvar y Andrei Konchalovsky.

El español, fuera de concurso con “The Human Voice”, y el ruso con “Dorogie Tovarischi” (Queridos Conpañeros) en competencia, inspirado en una matanza real cometida en 1962, con la actuación de su actual esposa, la bella Julia Vysotskaya.

Pero la premiación y los rituales cuentan este año bastante menos que la decisión de recomenzar a pesar de todo.

Roma, en tanto, espera la réplica de la significativa Muestra.