Cuatro sacerdotes del Opus Dei serán indagados en el corto plazo, a pedido de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°3, acusados de trata de personas y de reducción a la servidumbre. La medida fue solicitada por el fiscal Eduardo Taiano por los presuntos delitos que se les imputan a los religiosos en perjuicio de 44 mujeres —la mayoría de ellas niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad al momento de su ingreso a la institución—, y de trata de personas en cuatro de esos casos, entre 1972 y 2015.
El pedido del Ministerio Público Fiscal fue presentado ante el titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal número 3, Daniel Rafecas. Los imputados son cuatro sacerdotes, tres de los cuales ocuparon el cargo de "vicario regional" y otro el de "secretario regional a cargo de la sección mujeres", dentro de la estructura jerárquica de la organización católica. Nunca antes habían sido citados los responsables de una región del Opus Dei a indagatoria por delitos tan graves.
La investigación comenzó en septiembre de 2022 en la Procuraduría contra la Trata de Personas de Argentina (PROTEX), informó ElDiarioAR. Los imputados son Carlos Nannei, Patricio Olmos, Víctor Urrestarazu, y el sacerdote que dirigió la rama femenina de la organización, Gabriel Dondo. Aunque no aparece en la acusación, la querella señaló que también debería investigarse a Mariano Fazio, quien fue vicario regional en Argentina hasta 2014, cuando se trasladó a Roma tras ser nombrado vicario general. Desde 2019 Fazio es vicario auxiliar, el segundo puesto de responsabilidad tras el prelado del Opus Dei.
El modus operandi de los secuestros
Según la investigación, el proceso comenzaba con la selección de niñas y adolescentes de bajos recursos, de 12 a 16 años, usualmente extranjeras o provenientes de zonas rurales alejadas de los centros de actividades de la organización, quienes eran dirigidas allí bajo la promesa de recibir formación y mejorar sus perspectivas laborales.
Una vez ingresadas, se las sometía a un régimen de "formación espiritual, profesional y laboral" y, si mostraban vocación para ser "numerarias auxiliares" —categoría compuesta exclusivamente por mujeres— eran destinadas de por vida a realizar tareas domésticas en los centros del Opus Dei, tanto en el país como en el extranjero, especialmente para hombres adinerados.
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Una vez allí, debían realizar extensas jornadas laborales sin ningún tipo de retribución, sin poder salir del lugar donde se consumaba la explotación, sometidas a distintos tipos de violencia. En algunos casos, incluso recibían una remuneración que debían devolver a aquellos a cargo de los lugares donde residían.
Luego de haber sido captadas, las víctimas vivían en un estado de aislamiento total, sin acceso a medios de información como radio, televisión o diarios, y sin posibilidad de ver el exterior o a sus familias. PROTEX y la Fiscalía señalaron la existencia de un sistema de captación engañoso, planificado y deliberado para reducir a mujeres vulnerables a la servidumbre, bajo el “control disciplinario mediante elementos de castigo” y medicación psiquiátrica, sin retribución monetaria.
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El descargo del Opus Dei niega los hechos y habla de “descontextualización”
Luego de que se disparara el escándalo, el Opus Dei emitió un comunicado en el que desmiente los delitos que se le imputan. “Negamos categóricamente las acusaciones de trata de personas y explotación laboral realizadas por ellas contra la Prelatura a través de la figura de antiguos Vicarios que guiaron a la institución en Argentina durante distintos periodos entre 1991 y 2015”, publicó la organización.
“Vemos con pena y sorpresa que, habiendo iniciado el reclamo por inconsistencias en aportes previsionales y laborales mientras fueron parte del Opus Dei, la acusación —según lo reportado por los medios— se refiere ahora a una persona que afirma ser víctima de ‘trata de persona’ y de ‘explotación laboral’. La impresión es que para construir esta denuncia se realiza una descontextualización completa de la formación que recibieron algunas de las mujeres del grupo y la vocación que eligen libremente las numerarias auxiliares del Opus Dei. Se trata de una acusación totalmente falsa”, insistió en su comunicado.
Además, el Opus Dei defendió la inocencia del puesto de “numerarias auxiliares”: “Esta elección de vida requiere, para quienes la eligen, manifestar su deseo explícitamente, en múltiples oportunidades y por escrito: toda persona que se incorpora al Opus Dei tiene que reafirmar su deseo de ser miembro al menos 8 veces, durante un período de tiempo de 6 años y medio como mínimo. Y para desvincularse, en cambio, no existe barrera alguna”, aseveró. En los reglamentos de 1941, Escrivá de Balaguer las definió como mujeres que “se dedican exclusivamente al servicio doméstico, en las actividades que llevan los socios del Opus Dei, y son y se las llama sirvientas”.
ML